Si algún día dejase de morderme las uñas tendría que empezar a fumar.
Porque es un gesto muy recurrente. Siempre me dio mucha envidia esa gente que tiene un momento para fumarse un cigarro tranquilamente y pensar. O cuando está nervioso, está justificado. Qué haces ese? fumarse un cigarro. Y qué hace esa? morderse las uñas.
Y es que parece que lo de mirar al infinito sin hacer nada no vale. Puedes estar pensando mientras escuchas música, o esperando mientras tomas un café pero estar quieto de brazos cruzados no.
Así que cuando llegan las divagaciones, automáticamente empieza el espectáculo.
Lo de pintárselas de rojo pasión (que antes era de pendón y ahora de moderna) es por pura necesidad. Porque da mucha penita ir por ahí con uñas desconchadas y de esta forma el gesto recurrente se limita bastante o se pasa directamente al canibalismo (creo que la facultad de regeneración de mis dedos raya el superpoder)
Pero hay que tener cuidado con el gesto recurrente. Porque en un momento dado de mucha tensión o de mucho aburrimiento se adueña de tus actos y te encuentras autolesionándote, conocedora de lo doloroso que va a ser teclear o apretar cualquier superficie en los próximos días pero sin poder poner freno a semejante escabechina.
El gesto recurrente no aporta nada. No es bonito y es el peor enemigo de las manos, esas que, sin querer, te definen un poquito. (olé por la rima fácil)
Así que mi consejo de hoy amiguitos y amiguitas, es que si os mordéis las uñas intentéis dejarlo o limitarlo a situaciones de extrema necesidad, lo mismo para a aquellos que fuméis. Porque moláis mucho, lo reconozco, lo de echar humo por la boca da un rollito guay muy cinematográfico pero os mata y eso no es agradable para nadie.
Si fumáis y os mordéis las uñas sois unos viciosos y moriréis en el infierno y si no hacéis ninguna de las dos cosas seguro que os coméis el pelo o hacéis cosas peores que no quiero imaginar.
Y AHORA A LLENAR BALAÍDOS
Que si ya da todo igual? Pues claro que no!
Hombre, si me lo preguntas ayer, con una cerveza en la mano, unas pipas a modo de cena/pasatiempo, un incipiente frío húmedo que nos hacía sentir como en casa a 600 kilómetros de ella y unos nervios previos como "había tempo non sentía"...pues sí, ahí te diría: "ya da todo igual...Estamos aquí, qué más queremos?"
Lo único que pedíamos era continuar vivos. Y vaya si lo consiguieron!
Se empiezan a escuchar unos tímidos "Hala Celta!" y muchos "hombre, tú también por aquí", "claro j... hay que animar!" y ya entramos.
Y el Calderón no es el Bernabeu, lo admito, pero tiene un "noséqué" que hace que el tipo del pelo rojo de mi lado me diga: "Qué grande, otra vez aquí"...y yo sonría y mire al frente, al Frente atlético claro, que dan miedito y se hacen notar como nadie.
Salen esos chavalines al campo, pita el inicio y en la radio no dejan de hablar del Atleti. Y así, como quien no quiere la cosa un penalti claro y un golazo. Agarrones, saltos y bufandas al aire. NO ME LO CREOOOO!!! MARCAMOS!! MARCAMOS!!!
Poco duró, pero lo más difícil estaba hecho... "yo me conformo". Pero cómo íbamos a suponer que este equipo con nueve canteranos iba a jugarle de tú a tú a un Atleti desarmado, faltón y desesperado. Porque aquello señores era un festival. Que si toque, toque, toque...uy Que si otra llegada al área, otro córner. Que si la vuelven a perder los rojiblancos y "esto Paquito debe ser Balaídos, hay un equipo de primera que son los de azul claro y otro de segunda" decía Lama. CELESTE, hombre! Somos los de celeste y estamos en el Calderón jugando al FÚTBOL. Así, en mayúsculas.
Qué bien! Empacho de pipas, labios cortados, me van a tener que amputar varios dedos de los pies pero da igual porque resulta que en la radio ya se habla menos del Kun o Jurado y más de Aspas, Trashorras y Michu. Y ya se recuerda que "el Celta juega bien tradicionalmente", que "en segunda no gana porque no tiene un rematador, pero cómo juega chico!"..."Que Eusebio viene del Barça"..."Pero cómo está jugando este chaval en segunda!" y mientras tanto "o Celta é a h... imos a gañar!"...
Empatamos pero supo a victoria. El Celta volvió a ilusionar, a enamorar como en sus mejores tiempos. En el campo juegan otros, en la grada animamos los de siempre. Los de Vigo. Los que pensamos que Mostovoi es mejor que Cristiano Ronaldo. El Celta está en segunda pero ayer fue de primera.
Hoy se me cayó todo el café y tengo mucho que estudiar. Pero da igual. Porque ayer me fui afónica y contenta a la cama. Porque mi equipo de toda la vida había dado una lección. Porque estamos lejos del mar pero somos muchos. Y porque el fútbol tiene muchas cosas malas pero otras muchas buenas y si consigue unir y alegrar como ayer, sólo puedo dar las gracias por este deporte.
SEMPRE CELTA.
NO SAQUES EL WHISKY CHELI...
Vuelven las tardes de biblioteque!
Yo en concreto voy a una pequeña. Fría en invierno y calurosa en verano. En la que hay bofetadas por los sitios y para más inri (iesus nazarenus rex iudaeorum, no es por repelencia, es por recordarme el ilusionante momento en el que descubrí el origen de esta expresión), suelo ponerme en la parte de abajo, donde se pueden escuchar las conversaciones de los bibliotecarios, no hay ventanas, están los baños y una chirriante escalera te hace darte la vuelta con cada persona que quiere ir al excusado. Y volver a hacerlo cuando ya han hecho uso del mismo y vuelven a su lugar de penitencia. En realidad lo hago porque demasiado silencio hace que me escuche más a mi misma que lo que estoy leyendo. Necesito ruido para concentrarme. Para leer, para pintar, para escribir o para dormir...siempre me acompaña un rumor musical o radiofónico.
Tiene bastante coña esta biblioteca. Llevo años yendo y más o menos ya sé que el "bajitocabróncongestosocarrón", suele darse un voltio por los sitios para ver si estás realmente estudiando o gandulenado, lo apunta todo y si en 20 minutos no estás de vuelta, no tiene ningún reparo en ofrecerle tu sitio al siguiente de la cola (que en época de exámenes es muy larga, tanto como para que haya gente que acabe estudiando más mientras espera sentado en el suelo que en la silla)
Es como la carnicería. Te van llamando y te dan un número de asiento. En este caso la veteranía es un grado y servidora ya sabe que si un sábado pretendes ir a estudiar a las 5, te puedes ir olvidando. Sin embargo (ese embargo que estoy estudiando ahora, será el subconsciente?) si te aplicas horario europeo, comiendo sobre la una y media y merendando sobre las 5 y media, puedes hasta elegir lugar de depósito de apuntes.
Y como soy bastante friki me pongo siempre en los números pares. Qué pasa? pues que están orientados hacia el baño, que tiene un pase, pero también hacia un cuadro tan feo!!...PERO TAAAN FEO! En serio, no soy nadie para criticar pero es que es tan horrorosamente feo que hace daño a la vista. O tal vez no, porque la gama de colores va del marrón caca común al marrón descomposición. Por lo tanto, gente que vaya esporádicamente puede que no haya reparado en su presencia pero yo, que me siento siempre mirándolo, no he podido evitar en una de mis muchas evasiones, fijarme en él. En eso. Y lo que es peor, he intentado descifrar qué narices es. Tres años analizando y nada. A veces veo una señora con un moño, a veces unas manos, a veces unos troncos que luego pueden ser piernas. De verdad, es un suplicio tener que verlo. Pero a la vez es imposible no hacerlo. Como los accidentes en la carretera. Por el rabillo del ojo lo vuelvo a ver y me indigno yo sola pensado: 1- qué mente perturbada ha sido capaz de crear eso y 2- cuánto habrá pagado Caja Madrid por semejante engendro.
El maldito cuadro me hace perder cada día unos maravillosos minutos. Tanto es así que me estoy planteando seriamente ponerme en el número 79 o el 83. Sólo por darle la espalda.
Pero puede que entonces, sin poder evitarlo, gire mi cabeza y lo vea ahí. Impasible y Feo. Muy Feo.
En fin. Empezamos...