NENÉ: LA ÚLTIMA DE ESA GENERACIÓN QUE FUERON LOS PADRES DE MIS PADRES

A la abuela Nené hay que recordarla como era: pequeña, pía, habladora, rabuda y muy presumida. 

Si pienso en Nené, la imagino con alguno de sus trajes de chaqueta, pelo de peluquería, gafas de estrella de Hollywood, comentando sobre las 8 conversaciones que hay en la mesa, padeciendo todos los males que le contábamos que alguien tenía, mandando a todos, cogiéndonos por el brazo para decirnos que hay que ser buenos, contándonos sus historias de la Guerra y disfrutando de ver que su prole sigue multiplicándose. Ah! Y con la virgen del Pilar al cuello, por supuesto.

La abuela Nené nos marcó a todos.

Hoy quiero recordar las meriendas en Pi i Margall donde rodaban cabezas y caían roscones y también aquella casa de Riobó que sólo los mayores conocieron y los pequeños vivimos a través de sus recuerdos. Quiero acordarme de esa flor de edelweiss que tenías enmarcada encima del televisor para que todo el mundo supiera que tú eras de Jaca, de la montaña. Quiero acordarme de todas las cintas que nos regalaste de la Virgen del Pilar, de la forma que tenías de poner los ojos en blanco y decir “bueno, bueno”, de tus caprichos y del cardo, que te encantaba. 

Quiero recordar aquella película VHS que me regalaste con “Sonrisas y Lágrimas” escrito en rotulador negro. Ten por seguro que la gasté. Me gusta creer que heredé tu vena cinéfila y me río al pensar en la cantidad de películas que viste y que podían ir en contra de tus creencias. Pero así eras tú. Bátante contradictoria. 

Todos estos recuerdos se me acumulan hoy, cuando un mensaje en el teléfono me confirma que no te voy a ver más. Y eso es lo más triste de todo. Que ya no voy a poder pedirte que me cuentes otra vez cómo fue el bombardeo de Guernica, lo del rescate en Burdeos, los 3 años de carteo con el abuelo Florencio, los veraneos en Corujo o las anécdotas de tus 10 hijos.

Todos esos recuerdos me los contaste en vida. Y hace unos días me los regalaste por escrito. Me cogiste del brazo, me entregaste una libreta con tus memorias escritas en mayúsculas y me dijiste “para que escribas una novela” 

Te fuiste tranquila. Con 96 años, en cuanto comenzó tu deterioro, preferiste seguir durmiendo. 

A mí me cuesta creer en un cielo. Sin embargo tú estabas convencida de su existencia y rezabas todo lo que no hacemos tus descendientes por que todos alcancemos las puertas del mismo. Así que estoy convencida que San Pedro te recibirá con una buena fiesta de bienvenida.

Supongo que aunque dejas atrás 9 hijos, 24 nietos y 22 bisnietos que hoy te lloran con una tristeza enorme, por otro lado estás encantada de reencontrarte con la bis, con tu hermano Luis, con tu adorado Florencio y tu hija Mariateresa. Dales un beso enorme a todos de nuestra parte.

Dicen que es ley de vida.
Dicen que es lo mejor.
Lo sé. Pero yo estoy triste.
 

Gracias por todo abuela. 
Te vamos echar muchísimo de menos.

YO ME QUEDO

Yo me quedo. Esta noche. Estos instantes. En ese estadio donde dicen que los sueños salen a actuar. Hoy se disfrazaron de tragedia.

Me quedo con esta crueldad. Me quedo con vivirlo. Con sufrirlo. Con llorarlo. Con consolarme.

Yo me quedo con la camiseta. Esa que ahora cuelga triste en la silla y que es celeste. Un color que sólo me gusta para el fútbol.

Me quedo con todas las cañas de estos jueves de Europa League que nos hicieron soñar. Me quedo con los compañeros de sufrimiento. Con las caras, los gritos, los “uy” los “vamos!!” y los cánticos. Pocas cosas me emocionan más que mucha gente cantando al unísono. Nunca una grada llena de bufandas y brazos al cielo me pareció tan tristemente preciosa.

Me quedo con los goles, claro. Con los cabezazos fallados. Me quedo con Guidetti, que aún no se lo cree. Me quedo con el Toto, que tan pronto me lo cruzo por la calle como lo veo en la televisión emocionado, con la mirada puesta en la grada visitante y el rostro entumecido.

Me quedo con mis 8 primos que animaron como sólo unos descendientes de Florencio García pueden hacerlo. Con tantos amigos que mancharon Manchester de celeste. Hasta con el Alcalde! ese al que le demandaron una ronda. Me quedo con los celtistas. Me quedo con ser de un equipo pequeño.

Noches como hoy valen millones. Más de los que cobrará cualquiera de esos 22 jugadores en su vida. Porque noches como la de hoy pasan a las Historia de un club. Un sentimiento, por manido que resulte, que no se puede explicar. Es completamente irracional. Y sin embargo…”Y si?” Y sufres, gritas, callas, rezas y contienes la respiración como si tu vida dependiese de ello. 

Me quedo con este equipo tan de Vigo. Y con la lluvia que cayó hoy en la ciudad tal vez como presagio de la noche triste que íbamos a vivir los celestes. Un recordatorio de que somos humanos. Tanto que ahora estamos “jodidos” como confesó Aspas al micrófono justo antes de dar las gracias a toda la gente por apoyarles. Justo antes de recordar que esto es un equipo de chavales que se conocen desde la cantera y que han atrincherado al Manchester United obligándoles a jugar a no jugar en su campo. Un equipo que hace 5 años ascendía de segunda y hoy se despide de Europa en Old Trafford. ¿Cómo no voy a quedarme con ellos?

Me quedo con vos, cos nosos. Me quedo coa afouteza e co corazón. Porque o primero o demostrasteis no campo, e do segundo imos sobrados. Algúns dirán que é o único que temos nas vitrinas. Eu quédome con iso.

Me quedo con mi equipo. Me quedo con el Celta. Pequeño. Semifinalista. Grande. Campeón!

Gracias.

"SIEMPRE DESEÉ SABER ESCRIBIR..."

La experiencia me dice que de situaciones en las que estás digamos “desajustado” anímicamente por exceso o por defecto, surgen las mejores expresiones creativas.
Últimamente estoy muy contenta y tal vez por esto hace tiempo que no escribo.

No sé si será esta la razón o el hecho de que a sus casi 96 años algo revuelve por dentro a Teresa (como nos pide que le llamemos ahora porque al parecer ya es mayor para que le llamen Nené) y tiene algo de miedo (como para no tenerlo) pero la cuestión es que hoy la abuela vino a la comida con un regalo para mí.

Nené ha tenido una vida de película. Sobrevivir al bombardeo de Guernica, a otro en Bilbao, que se la llevasen en un barco a Rusia o ser rescatada en Francia son sólo algunos de los acontecimientos que le pedimos que narre una y otra vez aunque ya nos los sepamos de memoria.

Con su padre militar y su madre, una mujer adelantada a su tiempo que fumaba y jugaba al poker habiendo nacido con el siglo, vivió una vida alejada de su Jaca natal y la familia que dejó en Aragón para formar una (y muy numerosa) en Vigo con Florencio, su gran y único amor

Mi abuela Nené es peculiar y yo siempre le pedí que me contase su vida para poder escribirla. Hasta le regalé una libreta que traje de Nueva York para este cometido.

Hoy me la ha devuelto escrita con mayúsculas y yo que no soy de hierro (más bien todo lo contrario) me he emocionado. Vi a mi abuela más pequeña e indefensa que nunca y de pronto entendí que es precisamente en estos momentos cuando quiere pelear por dejar su huella en el mundo.

Esta libreta, con una etiqueta en la cubierta que indica la dirección a donde devolverla en caso de pérdida, es una maravilla. Me pareció que no era suficiente con añadirla a la lista de pequeñas cosas que hacen que la vida valga la pena. Tenía que contar su historia. Igual que mi abuela tenía que contar sus memorias.

Dice nada más empezar que siempre deseó saber escribir para escribir sus recuerdos.

Gracias por dejarme vivirlos contigo, Teresa.

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