FRUSTRACIONES CULINARIAS

No poder pinchar un tomate cherry 

Por fin conseguirlo y mancharte con sus tripas

Esperar a que hierva el agua para hacer pasta a las 6 de la mañana

Sacarla demasiado pronto y que no haya tomate 

La cerveza del tiempo

Ir al sitio súper secreto donde escondiste el chocolate y que tu padre, no sólo se lo haya acabado sino que aún encima te dejó el papel

Las espinas del pescado

No tener los utensilios necesarios para comer una nécora

La última loncha de queso que se quedó seca

La comida que pica

Que el té no se enfríe más rápido

La mantequilla dura imposible de untar (empezar el día así, mal)

Que Diego me diga si quiero cenar tortilla al volver del gimnasio (porque claro que quiero, cómo no voy a querer...)

Que se te caigan restos de cascara de huevo al ir a batirlo

Que en un bar sólo tengan Cruzcampo

Que dos onzas de chocolate nunca sean suficientes

La leche desnatada (no es leche)

Tenedores en los que se quedan los granos de arroz entre las púas (esto más que culinaria es frustración lavavajillista)

Pedir una barra de pan "blanquita" y que no te hagan caso

Que el vino tinto manche tanto

Pistachos que no se abren

Castañas que no se pelan

Pensar en cenar sushi y acabar tomando burger

La imposibilidad de comer dignamente espaguetis

Comprobar que los Special K engordan más que los crispis de la gallina de toda la vida

La tortilla de patatas salada

La ensaladilla con aceitunas

Fregar vasos con restos de Whisky

Las hamburguesas y sandwiches ante los que piensas "y ahora cómo me como esto"

Que al ir a mojar pan en la yema esté demasiado hecha

Los macarrones con tomate natural y chorizo de la señora que calceta (porque no se puede ir a la cocina sin pinchar unos cuantos de la fuente. No-se-puede)

Jarras con dos dedos de agua en la nevera (esto es de mala persona)

Que la comida eche humo en el microondas y luego al probarla esté fría

Que después de esto te pases de tiempo y te abrases la lengua

En realidad toda, TODA, la comida que quema. Porque no sabe. Sabe a caliente.

Y, cómo no...que se te caiga la tostada por el la de la mantequilla 

 

RECOGER LA MESA

El objetivo es claro: Hacer los mínimos movimientos, conseguir la mayor eficacia y superarse cada día en las marcas a la hora de recoger la mesa. 

Y todo parece ir bien. Encestas a la primera los cubiertos en la canastilla sorteando esos agujeros malditos. Consigues meter el plato en el lavavajillas sin sacar el carrito gracias a una torsión de muñeca que ya le gustaría a Tiger Woods. Coges el azúcar mientras que con otra mano alcanzas a las cucharillas de café. Vaya giros! Eso se pudo parecer a una finta? Te replanteas tu carrera en el baloncesto hasta que recuerdas que no eras capaz de botar diez veces sin darte en el pie. La señora que calceta sigue ajena a los acontecimientos. Pobre, no es consciente de estar presenciando un momento histórico.

Ya sólo quedan los vasos. Y como vas sobrada, decides cogerlos todos a la vez. Porque no está el pesado de Manuel para hacerte cualquier comentario acerca de lo osada que estás siendo dado tu historial de torpezas. Te diriges a dar la estocada final. Pero como está siendo una tarde de gloria, quieres coronarla con un gesto que te haga salir por la puerta grande. Tiras el agua de los vasos como quien lanza la carta ganadora sobre el tapete. Con un gesto rápido y mortal. Pero tú, filliña, de rápida y mortal tienes más bien poco. Así que el Karma te castiga haciendo que el líquido elemento rebote contra la tapa de la olla y te empape los pantalones. Y te deje de paso con cara de circunstancia.
La señora que calceta te llama idiota. Lo eres. Y lo sabes.

GAME OVER. 

Esto no queda así. Mañana volveré a intentarlo.

VOLVER CON LA FRENTE MARCHITA Y EL ALMA TAMBIEN...

Pero primero fui. En autobús. Y no un autobús cualquiera, en el auténtico Autobús de la Muerte. Y paré a las tres de la mañana en la mítica, decadente y sucia estación de servicio Los Perales. Con frío. Con lluvia. Después de haber rezado sentada en mi plaza que no fuese ese gigantón que caminaba de lado y con dificultad por el pasillo el que se sentara a mi lado, ni esta señora con pinta de querer dar conversación...en realidad recé por que nadie viniese y pudiese tumbarme a mis «anchas»...pero no fue así. Un chico normal se sentó y no me reclamó que el asiento de la ventana era en realidad el suyo (En mi defensa diré que la numeración era confusa)


Y llegé a una no menos decadente estación de autobuses viguesa a las 5 y media de una noche de Halloween en la que los whatsapps de mis amigas se fueron alejando en el tiempo y en la comprensión. Tentada de quedarme en el Mondo, me fui derechita para casa. Extrañada por no encontrar nada que rascar en la nevera (luego me enteraría que el motivo fue que la señora que calceta no me esperaba esa madrugada sino la siguiente) me conformé con un poco de pan y a la cama. A esa cama-de-casa-de-padres donde tan bien se duerme con sábanas planchadas y muelles que no se clavan.
Y dormí mucho.

Dormir es un placer. Dormir sabiendo que al despertarte no vas a tener que limpiar la casa, poner lavadoras o pensar qué hacerte de comida (no llevando a cabo la mayoría de las veces ninguna de las dos primeras cosas y mal haciendo la tercera) es un placer al cuadrado.

Porque en casa se está más que bien. Esto lo he dicho muchas veces. Pero es que además resulta que era el cumpleaños de la señora que calceta y después de varias llamadas en código enmarcadas dentro de la operación «Compra el regalo» o, como le llamamos en casa, «Quién pone la pasta», nos llevó de cena de lujo en restaurante donde, para variar, hablamos más alto que el resto de mesas. Pues muchas felicidades para ella, creo sinceramente que descumple años como nadie.

Y si pasamos por delante del Karaoke hay algo dentro de Santi que le lleva a decir «I don't want to miss a thing» y Manu se da por aludido y baja las escaleras cual estrella en el backstage, sabiendo que va a tener al público entregado. El público en este caso era escaso pero de calidad a la altura de la actuacion tantas veces vista y que nunca decepciona. Cuando me tocó subir aquí a la tercera en discordia, me encontré con un jurado con taburetes giratorios y un Santi Bisbalizado haciendo los mismos aspavientos del propio hermano que tengo. Al parecer todos me querían en su equipo.
Una cuñada que se despide con un IMPOSIBLE de seguir «Don't stop me now» y yo creo que es lo más apropiado porque «I’m having a good time» Y tanto.

Tienes unas amigas que te esperan entre paraguas, porque en esta ciudad llueve. Pero lo hace con encanto (mentira). Lo hace de una forma que no nos impide hacer vida diaria...o nocturna. Recuerdo mis 16 y salir por la puerta hacia una tempestad mientras mi padre me tachaba de loca. Concretamente me soltaba su clásico «por menos hay gente encerrada»...pero era sábado. Era "el sábado". Ese día que en la adolescencia suponía ver cómo las ilusiones de toda una semana se quedaban en eso...o se rompían en pedazos...o, simplemente ¡pasaba!...y todo era como habías esperado...o tal vez no pero tú ibas perfecta para la ocasión. Aunque lo difícil sería lo contrario después de haber estado pensando el modelito desde el lunes y haberlo cambiado 5 veces esa misma noche antes de volver a la idea original. Ah! pero que ahora no haces lo mismo? A quién quieres engañar?

Pues al tiempo...y a la distancia. Si los engaño a lo mejor resulta que en lugar de 600 son 60 los kilómetros que me separan de Vigo, de mi casa y de mis amigos. De una vida de fin de semana.

Aunque si me apuras, tengo por delante una semana de cuatro días y un pedazo de esa vida se viene a la capital para un fin de semana de pijamas, turnos para duchas, overbooking en el salón y resacas comunitarias...las mejores de su clase. Así que aunque vuelvas con el alma marchita algo sí que vas a engañar a la morriña...

 

 

 

 

CON LA COMIDA NO SE JUEGA

El cariño de una madre se mide en comida.

Esto es un hecho que constato fin de semana tras fin de semana, cuando, ante mi asombro y gozo, tengo para comer algo adecuado a las circunstancias. Y cuáles son esas circunstancias?...pues las que rodean a cualquier día R, es decir, los días post-salida-nocturna.

Hace tiempo dejé caer, cuando me levanté y había alcachofas o algo así para comer (que me pueden encantar en cualquier situación pero no en un día R) que es necesario que tales días haya en casa "comida masa". La señora que calceta, que es así bastante espabilada, entendió a la perfección el concepto y ahora me levanto con un "Carmen, hay comida masa" Entonces yo no puedo otra cosa que querer aún más a mi señora madre.

La comida masa se caracteriza por ser, como su nombre indica, una masa absorbente que hace más llevadera la R. Ejemplos de comida masa? pasta y pan en todas su variantes a poder ser aderezados con queso, también en cualquiera de sus versiones. O cosas con nata. O Huevos Fritos con arroz...que no son "masa" pero están tan ricos que cualquier ocasión es buena.

Pero es que la comida en casa es un tema peliagudo. Desde aquellas épocas en que había peleas justo después de comer (a las 15:10) por quién se iba a comer a las 16:00 el bisté que había sobrado o domingos de saqueo fraternal de despensa y nevera previa partida a sus respectivas ciudades universitarias, legando a dejarme sin Nocilla o cosas por el estilo y argumentando con un simple y sólido "mañana te compra mamá". Y mamá compraba. Porque la máma disfruta viéndonos comer sus platos exquisitos y que presumamos de que hace (esto es así, no hay duda) la mejor empanada del mundo. (undo, undo, undo)

A veces le echo broncas porque ya no cocina como antaño. Porque la vida con tres en casa no es lo mismo que cuando teníamos a los otros dos proyectos fallidos de niña que vinieron antes que yo...pero para eso están días como hoy.
Días en el que aparece el mayor, sin previo aviso, para comerse los bistés al horno tan blandos que se parten con el tenedor y me deja sólo la salsa para hacer sopas. Días en que por la tarde viene el otro a por huevos encapotados (para quien no esté familiarizado con el término son huevos fritos, envueltos en bechamel, sí, de esa que rebañas la sartén, empanados y fritos de nuevo sin que la yema del huevo se parta...vamos que además de romper las leyes de la física, los huevos encapotados son "ojjjj") pero no contento con llevarse para él y para la santa que le aguanta, se lleva de más para hacer puntos con el suegro. Toma ya.

Y hasta ahí vale...pero hay cosas por las que no paso. El tomate natural es mío y de nadie más. Es una debilidad que tengo y todos los miembros de esta casa lo saben. No sé ni cómo se atrevió a intentar colarme un "mañana mamá te hace más". Defendí ese tupper con mi vida y gané.

Las sopas están aseguradas y la operación "me voy a dar a la comida hasta después de Semana Santa cuando emigre y no coma nada rico en 3 meses" también.

Con la comida no se juega.

ANSIEDAD DOMINICAL

Yo soy fan del Domingo Horizontal que básicamente consiste en tumbarse en la cama o el sofá o alternarlos y ver series y películas y comer guarradas. El Domingo Horizontal pega mucho con aquellas Resacas Colectivas que hacían tan llevaderos los domingos allá por el año 2009 (cuando aún no éramos muy conscientes de la que se nos venía encima y mi futuro era cierto y seguro).

Lo que ocurre es que de un tiempo a esta parte (desde que he vuelto al hogar parental, como tantos otros jovenzuelos preparados y sin sueldo) los domingos me levanto e intento ser persona. Esto está bien, porque me levanto e interactúo con otros seres que a lo mejor están igual que yo (de mal) pero han hecho un esfuerzo por salir a las calles a tomar el aperitivo (o el brunch porque ahí se juntan tostadas con empanadas). Luego como en casa de la abuela, discuto por enésima vez con mi padre y mi tío sobre los beneficios de Internet, escucho unas cuantas veces "cómo va lo de la búsqueda de trabajo" y cuando se empieza a acomodar la gente en el sillón, vuelvo al hogar. Rondan las 4. Y ahora qué? Mandas whatsapps al infinito esperando respuestas de otros hongos que están en sus sofás tirados, como tú y finalmente desistes y te pones en plan de casa. Con parte de abajo de pijama y todo. Y Youtube. Y alguna revista. Y viaje a la nevera. Y alguna noticia. Y venga, una peli. Una serie. Y otro viaje a la nevera... "Carmen, qué buscas?" "Trabajo!...pero en la nevera no sé lo que busco..." "Claro, es que ni ella lo sabe" Pues no. Aquí empiezo a analizar y es que no sé que quiero. No sé qué quiero hacer, ni qué quiero comer. No sé si estoy bien, mal o regular. No sé nada (aunque supuestamente esto era lo único que tenía claro Sócrates) Bien. Pues yo igual. Sólo tengo claro que no sé nada y que me invade la ansiedad.

Y por qué? se preguntarán muchos (entre ellos Mourinho)...si ni si quiera trabajas mañana! Pues no lo sé. Pero es un hecho. Da igual si salí ayer o no. Si hace buen día o malo. Yo estoy así. Que no sé.

Qué tengo doctor? Ansiedad Dominical. (que bien podría ser el nombre de un grupo punk de un sólo éxito: "No kiero kurrar, yo valgo pa' beber, solo kiero comer keso y no pensar en eso"...Pura poesía)

DEL CHORIZO Y OTRAS COSAS

La cafetería de Bellas Artes es un espacio amplio, ruidoso y sucio (no pasaría ninguna inspección de Sanidad y será la causa de cualquier extraña enfermedad que desarrolle en un futuro). Las mesas comunes hacen que comas rodeada de perfectos desconocidos. O no tanto porque al pasar de los años acaban teniendo un nombre como "el calvo de los zapatos naranjas", "la tipa del pelo azul", "la que grita", "el de la trenca con patillas" Siempre hay problemas para sentarse y la comida se convierte en un trámite bastante incómodo por lo que he acabado comiendo fuera un bocata. Llueva o nieve.

Hay unas maquinitas en las que se forma una cola terrible. Es en ese momento (haciendo la cola) cuando debes escoger qué quieres, NO cuando te toca. (Sí, esto va por usted, señora)

Hubo tiempos en los que variaba del mixto a la hamburguesa pasando por algún primer plato del menú...pero ya no. De un tiempo a esta parte me he convertido al choricismo. Se trata del bocata más barato, con el pan más duro y lonchas de un chorizo. Digo "un" chorizo porque es una especie que nunca había visto antes. Soy muy fan del chorizo de Pamplona y creía que no podía haber nada más bajo, pero sí. Este es un subchorizo del cual me ponen gran cantidad porque supongo que no es muy popular y se les debe caducar. Lo peor es que lo disfruto. Me lo como tan ricamente mientras espero que se enfríe el café que sirven a una temperatura que funde el plástico del vaso.

Hoy salió el Sol, así que había más gente de la habitual fuera. Es increíble cómo cambia alguna gente soldependiente, solista o soltera cuando le da por salir al astro este. Recuerdo cuando las canarias de mi colegio se empeñaban en ir a tomar el café "al solito". No es raro que viniendo de estas islas del Atlántico asocien rayo de sol=calor...pero lo que disfrutaban sentándose en el banquito poniendo sus caras (y piernas y brazos) al Sol y soltando algún "qué aguhtito se ehtá", hacía que me preguntase si le habían echado alguna sustancia al café.

El Sol hace que todo brille más. Pero lo cierto es que todo es exactamente lo mismo que los días oscuros. Después de esta reflexión tan positiva me dirigí a la clase en la que la profesora Replinger (que es casi tan guay como su apellido) se disculpaba con una nota por no poder impartirla.

Pero el mal ya estaba hecho. Ya había pseudocomido y me había encafeinado. Era libre para salir del edificio y en las escaleras de la entrada me encontré un ser humano tirado y derritiéndose, me dieron ganas de coger una tiza y rodearlo pero huí.

"Perdona!, sabes dónde está Moncloa?" "sí, por la derecha, sígame" le dije a la señora. Y qué hizo ella? irse por la izquierda. Vamos a ver señora, si va a hacer usted lo que le da la real gana, por favor, no me pregunte. No me haga perder el tiempo en el semáforo, estar pendiente del retrovisor y preguntarme dónde narices se ha metido. No me haga blasfemar. No lo haga. Es muy molesto.

Me encuentro con otra motorista y llego a la conclusión de que es una versión malota de mi misma. En vez de bufanda de cuadros y tenis, ella con chupa de cuero y botas, en vez de vespa y casco rojo, ella moto de rueda grande y casco bastante más agresivo. Pero llevaba mochila de pringada como yo y fue bastante reconfortante.

Me di una vuelta por el brillante Madriz antes de venir a casa a hacer nada.

Ya es primavera. Vuelve el asqueroso morado acompañado del no menos asqueroso color salmón, la gente es más feliz y yo me alegro, pero necesito unas vitaminas.

LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN QUE:

Las Navidades perjudican seriamente la salud.

El primer síntoma aparece cuando resulta que unas inocentes cañas-reencuentro-un-martes se transforman en unas no-tan-inocentes-copas a unas todavía-menos-inocentes-horas. Será el espíritu navideño que nos empuja a las calles para compartir con el resto de las gentes la felicidá, (á, á, á á) del regreso al hogar? Será que mis amigas tienen cuerpo de J? Qué será, será? La cuestión es que estaba en casa.

A continuación descubres que la señora que calceta ya no es tu madre, sino que es tu madre-navideña. Esto supone estrés. Mucho estrés. Porque resulta que en la comida del día 25 "somos 30, y yo el 24 trabajo, y no llega con dos solomillos, y hay que ir a buscar los centollos, y no cabemos!!!, y hay que mover los sofás, y si pongo a 18 en la mesa grande?y dónde coloco a los niños? y, claro, compré bandejas de tirar que son más cómodas y después cada uno se sirve su café"...preparar, elucubrar y conspirar para que servidora llegue tranquilamente a casa el día 23 a las 20:00 horas y se encuentre la mesa de Navidad ya puesta. meu deus!!

Y si resulta que esta noche es Noche Buena, saca la bota María que me voy a emborrachar. Pero si empezamos a las 2 de la tarde, malo. Cañismo, Ostrismo y felicitaciones. Ahí estábamos familiares y parientes varios compartiendo moluscos bívalvos. Alguno pidió una docena de ostras y le dieron 10, el mismo que ante mi preocupación por las toxinas me respondió: "ya que estás tómate 15, no pruebes una y vaya a ser la mala!" En fin, que en 4 horas había una cena y no se daba un duro porque ninguno llegase en condiciones.

Pero lo conseguimos. Y aunque venía la abuela, no hubo temor de Dios. Y los de siempre, los de antes, los del fondo norte comenzamos con los vítores, los brindis, los "oé, oé, oé", las servilletas por el aire y los cánticos varios que contagiaron al fondo sur de la mesa (ese en el que se sientan los señores importantes con sus respectivas Garcías Senra). Espantada general para beber un estupendo vaso de agua aderezado con un Neobrufén 600 y ya estamos listos para más. "por favor, solo os pido que mañana estéis decentes que tenemos comida en casa" "hombre jefe!! cuándo hemos fallado?" (silencio)

Noche Buena-Buena Noche. Se cambia la letra de sonrisas y lágrimas, se juega a password, se comentan las cenas, se advierte al hermano mayor que debe irse a casa pronto (caso omiso) y se nota que cae en jueves y que si el 25 es viernes y el 26 en Sábado...no hay más que decir....TRI-PLE-TE....que somos una ciudad de pecadores donde no se respeta ni el naciemiento del niño Jesús.

Navidad, resacosa Navidad...Había tráfico en mi salón. Y camina mirando al suelo no vayas a pisar a alguno de los pequeños seres que corretean por ahí. Mucha gente. Tanta gente. Mucha comida. Tanta comida. Y mucho niño. Tanto niño. Regalos, juguetes y el hermano del medio tiene la brillante idea que abrirles el Tragabolas que no hace nada de ruido...PUG LAMUG DE DIÉ!!!

Pero qué bonito...noto que me hago mayor viéndolos a ellos, a la siguiente generación, que qué riquiños que son!! Navidad es un día al año y aunque agotador, son los vídeos que hago este día los que me emocionan cuando estoy sola y lejos. Tengo una gran familia y da gusto.

Luego toca la parte materialista de las fiestas. Qué me gusta a mi abrir regalos eh? La señora que calceta ya no espera a que vengan los tres tipos de Oriente. Poca magia queda ya en el 112 de García Barbón. Pero estoy más contenta que un niño con zapatos nuevos (y es que cayeron varios pares) además de trapitos varios. Sin embargo uno de los presentes que más estoy utilizando vino de rebote. A la tía Toya le indignó que se lo diese su señor marido, pues a éste se lo habían regalado a su vez. Parece que es una de esos que van de mano en mano y nadie quiere hasta que llego yo y digo "pero si es la bomba". A ver, es una de esas mesas para portátiles con cojín por debajo (y con asa y todo), que a mi me viene estupendamente para no quemarme las rodillas. Estoy encantada con mi regalo de rebote. GRACIAS TÍO JACOBO!!

Cuánto llevo escribiendo?? pero qué día es??para tanto han dado ya estas fiestas??pero si queda muchísimo!!!

En fin. En próximas entregas veremos si la que escribe llega al 2010 (porque me temo que a este ritmo no voy a durar mucho), si los apuntes empiezan a subrayarse solos y si mi padre me deshereda por "maricona playera".

Vivan las vacaciones!!!. Viva Vigo, su noche y sus gentes!! Viva la Navidad!

MORADO

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda el morado en todas sus versiones (lila, violeta, berenjena...) No es que me moleste que de repente el color de los curas en Semana Santa esté en los escaparates de Zara. Me he acostumbrado a su presencia e incluso me he comprado alguna que otra prenda de este color. Pero no me emociona. No consigue atraerme de primeras casi nunca. Y digo casi porque hay una ocasión en la que la alegría por encontrar este color es mayúscula:

- Cuándo? los domingos después de salir

- Dónde? en la despensa

- En forma de qué? de chocolate

Milka Choco-Swing

Fueeera!!!

- Por qué? Mmm....

Me da igual reconocerlo, la vaca antinatural (con manchas moradas) no me paga pero me hace feliz. Provoca en mí la misma sensación que cuando, de repente, sin saber por qué, a la máma se le cruzaba el cable y compraba Nocilla. El encontrarla en la despensa era equiparable a descubrir un tesoro. Y te callabas. Y a escondidas te hacías un sandwich después de haberla calentado ligeramente en el microondas (llegando a convertirse a veces en salsa de chocolate) y untabas hasta los bordes y lamías el cuchillo y te manchabas cara, manos y ropa. Y dejabas todo perdido. Pero qué felicidad...

Cuando tuve poder adquisitivo para costeármela, ya no fue lo mismo. Porque la sorpresa de que aparezca sin ser esperada era parte del encanto de la Nocilla. Igual que ahora cuando veo la bolsa de la compra y me deslumbra ese morado terrible. Lo cojo, como un premio y ya empiezo a pensar en esa laaaarga tarde de domingo viendo películas de después de comer y vegetando sin parar. Haciendo expediciones a la cocina para coger "una, bueno no mejor 2, bueno venga 4 onzas" Lo escondo en el armario de la vajilla fina (la de Navidad), justo de encima de la despensa (ese en el que todos escondemos los tesoros., menos mi padre. En definitia lo escondo del señor con gafas de sol) y lo disfruto a cada mordisco. Chocolate y galleta. No hay mejor combinación.

Pero tiene que aparecer. No vale comprármelo.Así que en esta última visita al hogar, me lo llevé. "esto lo quieres?" ESTO??? por favor un respetito. "pues claro que lo quiero"

Y aquí sigo...dosificándolo al máximo. Porque pasará tiempo hasta que vuelva descubrirlo en la despensa.

Mmmmm....

VISITA AL HOGAR, COMER Y COMPRAR ES TODO EMPEZAR.

Sugerencias para la señora que calceta: empanada, cocido, merluza, pisto, y demás platos "de madre", incursiones pre-navideñas que no cuentan como regalos y chocolate en la despensa.

Sugerencias para el dueño y señor del mando a distancia: procure reducir el número de gruñidos al mínimo así como financiar alguna que otra cena en ese sitio al que no va nunca...Room se llamaba no? sí, ése.

Sugenrencias para esos tipos que, por nacer niños, provocaron cierta decepción: copas-noche-cobráis-yo-no. he dicho.

Atención pregunta (léase con voz de Saber y Ganar): por qué son tan grandes las pastillas de Augmentine? los efectos de una muela extraída un jueves perduran el viernes por la noche? se considera la ginebra un anestésico?

En otro orden de cosas, este puente descubrí que "Turismo rural" es un eufemismo de: buen comer-buen beber-buen dormir y alguna foto en verdes parajes, que "les vaques asturienes" tienen garras para no despeñarse mientras pastan y que había que tener mucha moral para viajar en los tiempos pre-autoestopísticos, porque si te toca camión delante ya puedes jurar en arameo que no por ello vas a ir más rápido.

Un brindis por el agroturismo, el verde que te quiero verde asturiano, la buena compañía y por las "Aes", esos tentáculos que comunican mi casa con el lugar donde se cruzan los caminos pero al llegar agosto no hay playa. (vaya, vaya)...