HA SIDO UN PLACER

8 años viéndola. 8 años disfrutándola. 8 años de lo mejor y aún más de lo peor de la condición humana entre cigarrillos y copas en despachos.

Recuerdo cuando comenzó. Yo vivía en Madrid, en Ricci 13 y se la recomendé a mi compañero Yoann que en seguida quiso ser como Don Draper. "Como todos, como tantos, como tontos".
El perfecto gentleman. Imposible no enamorarse de esa gomina y esa percha. De esa forma de fumar, de beber y de conquistar a mujeres y a clientes a golpe de sentencias con voz profunda. Pero siempre con un toque de amargor en las palabras o en las intenciones. 
Un poeta bien vestido. O un engreído sin alma. Seguramente ambas.
Yo, en cambio, quería ser Peggy Olsen. Esa secretaria que asciende con sacrificio en un mundo de hombres. Y nadie se lo valorará nunca lo suficiente aunque ella sabe lo buena que es. Cuando empezó a parecérseme demasiado al protagonista masculino y mentor, dejé de querer ser como ninguno. Pasaron a darme sobre todo lástima. Y sin embargo, continué semana tras semana viendo la evolución de esta extraña pareja. Creciendo a cada capítulo. A veces a parte, a veces de la mano. A veces a gritos y otras bailando "My way". Y es entonces, alejándose de toda realidad, dejando de ser por unos instantes esos para ser realmente ellos, cuando nos regalaron algunas de las mejores escenas que he visto en mi vida. 

Varias veces he tenido que parar esta serie en medio de un capítulo para analizar por un momento lo que acababa de suceder. La última hoy, en su despedida. Y es que aunque se le critica que "nunca pasa nada" en esta serie en realidad ocurren demasiadas cosas. Algunas tan pequeñas y sutiles que pasan inadvertidas. Luego todas ellas se alinean en un momento para que la que escribe suelte algún "venga yaaa!" en alto desde la cama, a esas horas en que debería estar ya durmiendo.

Luego soñaba con ideas brillantes. Con campañas, clientes, coches, cuentas, corbatas que se anchean y faldas que se acortan. Con esos personajes de película que componen esta serie. Geniales y necesarios. Algunos de peso, otros fugaces. Pero nada pasa por casualidad aquí y siempre se deja al espectador pensando.

Entiendo que mucha gente no acabe de cogerle el gusto a Mad Men. Puede que no vean más allá de una agencia de publicidad en el Manhattan de los 60, con una estética muy cuidada. Para mí eso son simplemente excusas que dan pie a que se hable de hombres, de Historia, de trabajo, de mujeres, de familia, de dudas, de evolución, de cambio, de creatividad, de frustraciones, de publicidad, de personas y de amor. De todo tipo de amor. Y al fin y al cabo qué es la vida si no todas esas cosas?
Pues Mad Men es eso: Una serie que habla sobre el ser humano, cómo sobrevive y cómo reacciona ante los desplantes de la vida. Es una serie, a mi parecer, muy interesante, que llena y que hace además de cada escena puro arte. 

Lo cierto es que hoy he visto el último aliento de una serie que me ha marcado bastante. Y estoy un poco triste porque no volveré a ver a esos personajes durante un tiempo. Han sido 8 años de frases e imágenes que guardaré en mi memoria y a las que regresaré sin duda. Y me parecerá distinta cada vez. Como cuando lees un libro al cabo de un tiempo y no lo recordabas así. Pero en realidad eres tú quien ha cambiado.

Hoy se ha terminado Mad Men. Y al final resulta que trataba sobre Mad Women. 
Y por encima de todo sobre Mad Love. 

El placer ha sido todo mío.
(Y tiene gracia porque ni si quiera me gusta la Coca Cola...)

 

EL MANDO A DISTANCIA


Ayer alrededor de unas cañas y con un partido de fondo que supimos cómo quedó de milagro, la conversación derivó en representaciones varias sobre cómo se comportan los padres con el mando de la televisión. Los hay que permiten el diálogo, los hay que, si los engañas, consigues salirte con la tuya y ver lo que quieras y lo hay, como el señor de gafas oscuras, que son unos tiranos en el sentido amplio de la palabra.

Recuerdo cuando éramos pequeños y estábamos los tres en el salón. Era más pequeño que ahora (porque en cuanto me fui a estudiar fuera mi madre no tardó ni un mes en decidir añadir mi cuarto para conseguir un espacio amplio ahora que sólo iban a vivir allí dos personas en lugar de cinco). Bueno en realidad pequeña era yo. Manu y Santi estaban en esa edad masculina en la que no se sabe muy bien si son niños, si son hombres o si son una pura hormona andante (ahora que lo pienso creo que se quedan en esa etapa para siempre). La cuestión es que eran como que muy pesados. Siempre pegándose, siempre metiéndose el uno con el otro. Las únicas veces que no discutían era cuando hacían frente común para vacilarme a mí. Y entonces yo lloraba y la pobre señora que ya caleteaba desde su rincón del sofá pasaba del "Estaos quieeeeetos!!!" al "Trataos como amigos por favor!" y luego "PARAAAAAD!" "Se lo voy a decir a vuestro padre cuando venga!"

Y ahí parábamos. La recuerdo indignada. "Es increíble, entra él por la puerta y os ponéis como velas y a mí me tomáis por el pito del sereno!" Y era verdad. Pero también lo es que con los años hemos ido valorando más las decisiones coherentes y razonables de mi madre y tomándonos más por el pito del sereno a mi padre. Karma, supongo.

En aquel salón vi E.T. por primera vez. Manu y Santi alucinaban con que no la hubiese visto aún y se quedaron a verla conmigo. También lo hicieron con Mary Poppins. La vi tantas veces que me bajaban el volumen y yo continuaba los diálogos (Calle del Cerezo número 17...) Y cuando me regalaron Peter Pan no dudaron en criticar su acento y los paletones que tenía por dientes. Daba igual. Yo estaba encantada de que estuviésemos todos en el salón viendo una película juntos. 

Porque esto no era lo común. Porque como digo (y no es que tenga algún tipo trauma por ello) el señor de gafas oscuras es el dueño y señor del mando a distancia y se ve lo que él diga. A veces amaga, porque con los años y los nietos se ha vuelto más blandito y, sobre todo cuando están las nueras o visitas delante, dice "no, no...poned lo que queráis" Pero todos sabemos que no. Poco pide este señor en la vida como para no concederle el placer de poner Barça TV justo después de un partido de su equipo del alma. Aunque haya puesto a caer de un burro a todos y cada uno de los jugadores. "Pero papá, esto es en catalán" "Da igual, yo lo entiendo". Yo miro a la señora que calceta, ella pone lo ojos en blanco y continúa jugando al solitario en el iPad. 

Esta es la escena habitual. Esta es la que representaba yo ayer.
El señor de gafas oscuras tumbado en un sofá meditando mientras dicen sandeces en Telecinco, viendo a "lo más bajo de España, esto es lo que somos!" por televisión y riéndose de la condición humana con cada intervención envenenada. O viendo todos y cada uno de los partidos de fútbol que haya (y son muchos, que tenemos el paquete Total del Plus) Pero si es año de Mundial, tranquilos que le vale el Iraq-Uzbequistán tanto como el Panamá-Ecuador. 
Y mi madre en el otro sofá. En su rincón. Jugando a las cartas por Internet, o al backgammon, o al adictivo Candy Crush...a esta señora le va el juego pero tuvo que decirle a mi hermano si era idiota cuando le preguntó asustado si estaba apostando dinero de verdad. A tanto no llega. Aunque lo que más hace en ese rincón es calcetar, claro.

Cuando aún vivía con ellos (es decir, hace mes y medio) escuchaba un "Santiiii!!" seguido de un gruñido típico del señor de gafas oscuras que suena como "GRNá" y de una carcajada. Esto quiere decir que el susodicho había alargado el brazo izquierdo hasta alcanzar la lana con la que mi madre fabrica maravillas para así no dejarle continuar. Un tocahuevos, vamos. 40 años casados y aún le sigue haciendo gracia. 

Otro de los síntomas de 40 años de convivencia se da cuando le recuerdas al otro algo. Claro que si resulta que es porque el señor de gafas oscuras pone el Canal Pesca y la señora que calceta le dice "Santi, este ya lo vimos, ¿no te acuerdas? es el de la lubina en los fiordos noruegos" pues una no puede hacer otra cosa que alucinar, mirarles atónita mientras ellos siguen con su vida en el microcosmos que han creado en ese salón, levantarse e irse a su cuarto pensando que tal vez el amor es eso: ver juntos capítulos repetidos del Canal Pesca.

 

YO VOY DE MARÍA MUÑOZ

Querida María Muñoz:

Resulta que enlazas un vídeo que pretende dar una lección pero tú lo que destacas son las consecuencias positivas de algo que sientes y padeces. Entonces una no puede evitar darle a me gusta. Pero no es un simple me gusta. Quería decirte más cosas que no caben en un click. Así que voy a intentar decirte lo que de verdad me gusta.

Me gusta tu forma de ver la vida. Que te importen más otras cosas que esas cosas que dicen que importan. Me gusta que seas malhablada y que tengas esta puta alegría y esa fuerza que no sé de donde sacasAunque seguramente un chaval al que yo recuerdo en coche de capota y ahora es un mangallón, la que te hace tanto "de reír", el cafre sin una idea buena y la ratona, tengan gran parte de la culpa.

Me encanta que me digas que me lees. Que incluso le lees alguna entrada a Roque y que te emocionas o te partes con algunas teorías absurdas como la de la goma del pelo. Me encanta que gente como tú me diga que le gusta lo que escribo. Porque a lo mejor quiere decir que en un porcentaje, aunque sea pequeño, me parezco a ti en la forma de ver las cosas. Y eso me gusta.

Me gusta que te rodees de mis primos que te adoran. Que Floren me cuenten alguna historieta tuya y de tu maromo montando pollos sólo para dejar a la gente con la boca abierta mientras vosotros os escaralláis de risa. Que Paula me de nociones de ese chat por el que iréis todas al infierno, y me explique que tu eres la peor de todas (cosa que no dudaba). No me gusta recordar algún que otro susto que diste a Chiqui y a Lorena, con lo que te quieren. Pero me gusta acordarme sin querer de Mariate. Porque siempre está muy bien recordar a esa señora de armas tomar que fue. Me encanta no recordar una sola vez en que te haya encontrado con tu cuñada María Varela y al irnos no me haya dicho "María Muñoz está loca" Me gusta que mi amiga me cuente cómo os lo montáis por Bouzas. Me gusta que seas tan desastre a veces. Eso me hace mucha gracia. Porque te devuelve a ser humana. 

Y como humana que eres, tendrás tus días buenos y tus días en que querrás cagarte en todo. Pero justamente es eso lo que más increíble me parece. Que seas tan persona en todo y a la vez nos des una lección tan de otro planeta. De otra galaxia. Pero de este tiempo. Del tuyo y del mío. Ese que compartimos a base de likes y de historias que nos cuentan y que nos contamos. Pero es nuestro. Me gusta que en mi tiempo estés tú. Me gusta saber de ti. Y saber por ti. Me gusta que nos digas a través de un video que es una llamada de atención y una llamada a la acción, que el cáncer te hace ver la vida de otra manera.

Aunque yo no tengo del todo claro si esta forma de ver las cosas te la dio el cáncer o te venía de serie, María. Porque yo me acuerdo de ti hace mucho. Fuiste mi monitora en unas olimpiadas de Clude. Tú y Roque. Ahora que lo pienso debíais tener ventipocos años, unos chavales. Eras una tía muy guay. Y ya estabas muy loca. Te recuerdo con una falda hippy y también cómo te acabaron tirando a la piscina con ella. Algo debiste hacer bien porque yo normalmente no me acuerdo de nada. Y sin embargo recuerdo que éramos el equipo Rojo y que siempre eras la primera animando. Me gustaría volver a mi yo de los 6 años, ese que me dices que veías pululando por la caseta pequeña, para acercarme a decirte "Lo estas haciendo guay". Porque hoy, 22 años después quiero decirte que "Lo estas haciendo de la hostia" 

Y te lo digo yo que no soy ni de tus amigas íntimas, ni de tu familia. Que me gusta tu rollo y punto. Porque las cosas hay que decirlas. Mejor hoy que mañana.
No quiero destacar lo bien que llevas el tema. Qué voy a saber yo de eso? Y qué te voy a contar yo a ti? A pesar de que me ha tocado vivirlo cerca, como a casi todo el mundo por desgracia, no sé lo que es ni cómo se vive con ello. No me lo puedo ni imaginar.
Lo que te quiero contar hoy es que me gusta que nos digas a todos que las cosas que importan están ahí, son pequeñas y no cuestan dinero. Que la vida te cambia y que hay que saber adaptarse y seguir viviéndola con ganas. Que a nadie le sale una buena carcajada como a ti. Que las provocas a todas horas. Y eso es lo mejor que tienes. Así que no es un gracias por ser un ejemplo. Sino un gracias por reírte. Y tampoco un gracias por darnos una lección. Sino gracias por estar como una puta cabra. 

Tampoco te voy a engañar. Te tengo presente y me haces pensar todas estas cosas y sin embargo otros días estoy a chorar por ahí porque sólo tengo dudas. Supongo que todo es relativo y tú tampoco podrás ser positiva todo el rato. Pero lo intentas. Y para los que te vemos desde fuera al menos, lo consigues. Y hasta se nos olvida que tienes un buen marrón encima. Y nos quedamos con que eres feliz. Con lo que mola ver a gente feliz.

Sólo una última cosa quería decirte. Y es que si algún día hay que elegir equipo, como en el patio del colegio (aunque si es para algún deporte ya te adelanto que soy muy mala) yo me pido ir en el de María Muñoz.
Porque no sé si ganaremos o perderemos...pero lo que tengo claro es que por el camino lo pasaremos bomba.

Y si te entra la vergüenza que dice tu prima Carolina que a veces te da por ahí, te fastidias porque yo aquí escribo lo que me da la gana. 
Así que lo dicho: Yo voy de María Muñoz.

EL DÍA QUE NACISTE (II)

Estábamos teniendo un verano tardío hasta que alguien decidió pinchar la bolsa del cielo y la tuya también. El 6 de octubre llovía y era la fecha que yo había puesto en la porra.

Como todos los nacidos en la era whatsapp (pregúntale a tu padre qué era eso) tu parto fue retransmitido al minuto y en primera persona por el mismo que te firma las notas. Informaba de cada paso. "Pastillas y luego Oxitocina" Busqué lo que era la oxitocina y creo que deberían darnos a todos un poco cada mañana. Como tenemos médicos y madres en la(s) familia(s), en sendos chats contestaban "Ah bueno, venga, ánimo!" "Vais a flipar!" "Vamooos!"

Bueno, antes de seguir hay algo que tengo que decirte. Supongo que a estas alturas, como todos esperamos que seas un chaval bastante listo (o que tu padre te tenga sobreestimulado) ya lo tendrás asimilado, pero Roque...eres coruñés. 
Esto no cambia ni un poco lo que te queremos. De verdad. Lo único por lo que no pasamos es que te hagas de Depor. Dicen que las primeras horas en los bebés marcan mucho así que yo por si acaso ya te susurré unos "Hala Celta!" al oído.

Pero para eso hubo que esperar. Tu abuela toda la mañana igual. "Que no, que esto va para laaargo" Ya no nos pillaban en otra después de lo de Martina. A ella la conoces no? Es tu prima, esa que presume de ser mayor y te mangonea un poco...pero no te dejes eh?
Si con ella aprendimos que 6 centímetros eran pocos, contigo supe que el cuello del útero se borra! Mi madriña!...esto de tener la maternidad tan cerca hace que una la vea cada vez más lejos.

Cuando llegamos tu padre estaba en el sofá cabizbajo. Y si buscases las almas de todos los que estábamos ahí, las encontrarías a ras de suelo. Tu padre es mi hermano mayor. El responsable. El que siempre me cuidó. Al que llamo si tengo dudas. A la persona que más me parezco en el mundo. Discutimos igual, nos molestan las mismas cosas y nos emocionamos igual de rápido. Nos desquicia cuando las cosas no salen como esperamos y somos puro blandiblú. Espero que en eso salgas más a tu madre que ese día fue una auténtica campeona y aguantó que durante 9 meses la llamase "el packaging de Roque". Sólo por esto y por aguantar a tu padre, tiene el cielo ganado.
Pero resulta que mi hermano no estaba en el quirófano, donde él quería. Estaba pasando un mal trago. Y es que dicen que no sabes lo que es el dolor hasta que no eres padre. También dicen que de tal palo tal astilla y así viniste al mundo igual que él. Mi teoría es que fuiste de listillo y quisiste cortar tú el cordón pero te liaste un poco. Bastante de hecho. Y nos diste una historia que contar. La de cómo sonó el teléfono en la habitación y durante unos segundos tus cuatro abuelos, Santi y yo contuvimos la respiración mientras mi hermano contestaba con un hilo de voz. Las palmadas de tu tío en la espalda de tu padre aún enfundado en pijama verde fueron la primera pista. La cara de mi hermano mayor respirando hondo con la voz aún entrecortada y los ojos que lloraban de alivio, la confirmación. Todo estaba bien. Manu es padre. O neno está aquí.

No sé cuántas lágrimas de tensión, de alivio y de alegría hubo en esa habitación. Ni sé cuántos abrazos. Tantos...Somos unos blandos de narices! Aunque luego en seguida nos fuimos a beber unas cervezas a tu salud, faltaría más! Has caído en una familia donde somos de celebrar todo, de decirnos que nos queremos y de piel. 

Y así te vi esa noche. Piel con piel con tu madre.
No había un lugar en el mundo mejor para estar.

Al día siguiente pude cogerte en colo y comprobar lo pequeño que eras. Y no me cansé de mirarte y de palpar esa piel de melocotón que sólo tenéis los recién llegados.
Pero con mucho pesar llegó el momento de poner rumbo a Vigo donde esperaba la rutina. Aunque, en realidad, en aquel 2014 todo era bastante caos.

Al acabar de un día largo, de noticias y emociones me senté a pensar en todas las cosas que aún tenía por hacer. (Algo bastante típico de los mayores, a ti también te tocará) Y entre tanto pensar al final concluí que la vida es esto, supongo. Ya sé que para ti ahora mismo sólo es comer, dormir, llorar y evacuar, pero cuando crezcas habrá días en los que quieras matar. Otros querrás gritar y mandarlo todo al carallo. Momentos en que reirás con unas cañas entre amigos y otros sufrirás porque ha perdido el Celta (sí, sí, el Celta). A ratos querrás volver a llorar desconsoladamente como haces ahora. Y otros en cambio se te saltarán las lágrimas por un chiste malo. Te agobiarás por la falta de trabajo o por tener demasiado. Por no saber a dónde vas ni de dónde vienes o porque no tienes un minuto para pensar pero deberás acordarte de comprar papel higiénico y algo de fruta para engañar. Querrás saltar a veces y esconderte otras. Porque la vida es todas esas cosas. Caer, escalar, resbalar y seguir. Y querer controlar el tiempo. A veces por bien y a veces por mal. Pero no podrás.

Y sólo en contadas ocasiones (si no sería todo demasiado intenso), la vida es darse cuenta de lo que es la vida. Reflexionar sobre todas estas cosas para acabar reparando en ese ser diminuto que eres tú, que acabas aterrizar en este circo y menuda aventura te espera.
Y entonces la vida es querer (mucho), es poder (claro!) y es, sobre todo, reír.
Y esto último, Roque, es lo que más hay que hacer. 

Así que en resumidas cuentas, querido sobrino, la vida es la leche.
No me creo la "suerte que he tenido de llegarte a conocer...porque Uhh neno, vas a ser una Roque & Roll Star"
Y yo estaré ahí para verlo.

Gracias por ser. 

PD Aunque te dije antes que lo único por lo que no paso es que te hagas del Depor...me temo que aunque así sea, te querré igual.

 

QUERIDO PEDRO

Querido Pedro, 

Cómo te va? Bueno, no sé por qué te lo pregunto si lo sé. Te va bien. Aunque no lo creas, aunque te quejes, te sientas perdido y tengas hasta miedo. Te va bien. Y te irá incluso mejor. Todo esto tenía que pasar. Como todas las cosas en la vida que tienen que pasar y pasan. A veces no entendemos por qué pero a la larga comprendemos que eran todas necesarias. Estás en un momento muy guay, créeme. Que cómo estoy tan segura? Pues porque todos hemos estado ahí. Y todos hemos salido fortalecidos y mejores personas. Aprovéchalo. 

Seguramente no me harás ni caso. A ti las cosas ahora mismo por un oído te entran y por el otro te salen. Y cómo sé esto si a penas te conozco? Pues porque eres, con mucha diferencia, el que peor se porta de tu clase. Sí, sí...no me mires con esa carita. El peor de la clase! Esa que tengo justo debajo de mi ventana y a la que he aprendido a querer y odiar a partes iguales.

Pero cómo es posible que tu nombre retumbe en ese patio de luces tantísimas veces en una sola mañana? No me lo explico chaval. Qué haces? Tan sumamente cabrito eres? "Pedro atiende!" "Pedro, no!" (este es el hit de moda) "Pedro a recoger" 

Pero te doy la razón en algo, esa cancioncita "A recogeeeer, a ordenaaaar, cada cousa ten o seu lugar" no motiva a nadie. Aunque cada vez que la escucho me recuerda que debería aplicármela.

Ay Pedrito...loca me tienes! Te puedo llamar Pedrito? Yo te entiendo eh? No creas. Entiendo que si el pesado de Roi no para de llorar cuando la profesora os cuenta el cuento (sin mucho xeitiño, todo sea dicho) pues uno no puede concentrarse. Si Aurora es un poco petarda y grita llegando a unos decibelios que ojalá sólo fuesen audibles para perros y mosquitos pero no! Se queda un poquito más abajo para que todos podamos sentir el sufrimiento que le produce que le hayas quitado un juguete o eche de menos a su madre, pues uno tiene que acompañarla o gritar más alto. Creo que es el hilo musical que salta cuando llamas al infierno.


Veo que con Samuel te llevas bien porque es un poco como tú. No tenéis una idea buena. Pero él se porta mejor. Samuel es listo. Las hace pero tú las pagas. Sé un poco más como él, anda. Lo digo por ti eh? Que en el fondo me caes en gracia y quiero que te vaya bien en la vida.

En esta vida tuya en la que está todo por empezar y que hace que nos crucemos sin tú saberlo. Puede que que evoluciones en un niño bueno y aplicado y esto sólo sea una fase. O puede que no, que sigas siendo un pequeño cabrón, que te conviertas en el malote de tu clase e incluso vaciles a los más débiles porque te divierte primero y para conquistar a las Auroras futuras, que sólo piden atención, después. Puede, seguramente, que te arrepientas de estas cosas con los años. O puede que recapacites y acabes siendo un defensor de causas perdidas. Puede que llegues a ser un buen estudiante. O una de esas personas con el don de hacerlo todo en el último minuto y salir siempre airosa. Porque puede que disfrutes de tu adolescencia como el que más. Puede que fumes porros y te pillen. Puede que te emborraches y te quedes dormido en el baño (esto último es más que probable). Puede que sigas tu vida como un chaval más. Puede que te enamores y creas que el mundo se va a acabar si os separáis un minuto. Pero créeme, esos besos portaleros no son amor, son hormonas. Puede que seas un buen niño después de todo. Puede que todo lo que lloras y gritas hoy se convierta en determinación y honestidad mañana. Puede que tengas una vida sencilla. Puede que seas funcionario, abogado o trabajes en un banco. Y puede...puede que un día volvamos a cruzarnos sin habernos visto nunca. Puede que seas el que me da el cambio, al que quiero matar cuando pido un documento en Hacienda y me pone cara de asco, o el que me cede el sitio en el autobús cuando estos veintitantos años que nos separan se hagan muy evidentes.

Puede que seas bueno. O puede que no. Porque de todo tiene que haber en esta vida. Y como nos ha tocado compartirla de cierta manera, por el momento, querido, no me queda otra que aguantarte todas las mañanas.

Así que por el amor de Dios, cállate de una vez, coñe!

FLORENCIO GARCÍA DE LA RIVA. EL GARCÍA ORIGINAL.

A él tampoco le gustaba la comida caliente. Decía que le ponían trampas. Por eso, como yo, prefería la merluza rebozada fría. Y si alguien tiraba una copa en la mesa, cosa habitual en su casa que se sentaban cada día 17, automáticamente él tiraba la suya porque decía que también tenía derecho. Florencio era solidario con los torpes así que supongo que nos habríamos entendido.

Un contador de historias genial que, como siempre dice la señora que calceta, daba igual que le hubieses escuchado la anécdota 50 veces, te volvía a enamorar. Cuenta también que nadie heredó ese don. Que a veces le recuerda a Santiaguito, como le llamaba hasta que se convirtió en padre, aunque yo creo que lo de mi hermano es más jeta que otra cosa. 

Pero es que este hombre historias tenía muchas. Algunas narradas en esas cartas que durante tres años escribió a la abuela antes de casarse. Y la bis le decía que se olvidase de él, que no iba a volver. Pero regresó a por ella. Una guerra no es suficiente para parar a un titán como este.

Porque era un señor imponente. Un dandi del que Nené sigue presumiendo y a la mínima oportunidad saca su foto de la cartera. Con esos ojos. Una mirada que, según cuentan, te atravesaba. Mirada limpia para un hombre de ideas fijas pero con una visión de conjunto que le llevó a entenderse siempre con unos y otros. Así salían los que le iban a pedir un aumento contando "Díxome o de sempre pero eu marcho contento". Y blanco se quedó algún que otro directivo alemán cuando el agradecimiento por comprarle unos motores fue directo a rebajar el precio y no a su bolsillo. Hacía barcos, era un hombre honrado y trabajador. Y a los de esta clase, por mucho que se empeñen en hacernos creer lo contrario, les suele ir bien en la vida. Aunque ésta sea tan corta como fue la de Florencio. 

Tenía su genio pero lo combinaba con un humor particular que le llevó a pasearse por todo Corujo con una peluca afro bajo la advertencia de que no quería ni una risa, que iba muy en serio. Jugando al dominó, visitando a un amigo enfermo...claro que en el momento en que se rascó la cabeza el pobre convaleciente no pudo aguantar y estalló en una sonora carcajada. O aquella anécdota bastante escatológica cuando, en la ópera de Estocolmo, fue al baño y al ver que sus dos vecinos de urinario soltaron sendas flatulencias, a cada cual más grave, él hizo lo propio pero "de trompetilla". Después de aquel derroche de poderío, ambos le miraron y asintieron presentándole sus respetos. Había ganado. Nunca sabremos si esta historia es cierta o no. Pero cada vez que la contaba volvía a ganarse al público.

El dueño de una casa con demasiadas mujeres y a cuyos yernos supo apreciar y querer a golpe de "Cuídamela, cuídamela" cuando las entregaba en el altar. Pero el día anterior no dejó que mi madre saliese a cenar con el que en 24 horas sería su marido. Era así. Su casa, sus normas. 

El jefe aún recuerda sus días de pesca. Como hombre tranquilo que era, no le importó echarse una siesta cuando una niebla terrible los invadió y los dejó a la deriva en alta mar. "Florencio dónde estás" "Si supiese dónde estoy no estaría perdido!!" Todos los coches en tierra con las luces encendidas apuntando al mar y la señora que calceta preocupada. El señor de gafas oscuras, un chavalín de 26 años, pálido mientras su suegro dormía en popa. 

Vigués de pura cepa, decía que "si quiere pasar un invierno agradable, veranee en La Coruña". Y mejor que no le dirigieses la palabra cuando perdía el Celta. Bueno, aunque quisieras no podrías porque se iba directo a la cama. Figúrense el honor de ver jugar a su hijo en primera división vistiendo de celeste. O a su hija de base en la selección española de baloncesto. Menuda estirpe de deportistas. Seguramente estaría muy orgulloso de saber que muchos de sus nietos han seguido estos pasos atléticos. Concretamente yo no. Pero muchos.

Aunque seguramente estaría aún más feliz de saber lo bien que nos va. Las alegrías que nos llevamos cuando nos encontramos aunque sea de noche en noche y de fiesta en fiesta. La actividad frenética de ese chat en el que estamos una buena parte de sus descendientes. Todos juntos. Riendo sin parar, animando, felicitando y ayudando en lo que se puede. Ese batiburrillo de Garcías da para mucho. 

Te habría encantado verlo.

A mí me habría encantado poder hacer alguna reunión en Riobó. Me habría encantado que conocieses a todos tus bisnietos. Me habría encantado que me contases las anécdotas una y otra vez porque con mi mala memoria, siempre serían nuevas. Me habría encantado ir contigo al Celta. Me habría encantado hablar contigo y decirte lo grande que eres. Me habría encantado porque creo que fuiste un personaje digno de conocer. No a cualquiera le cierran una juguetería para comprar los 100 regalos de Reyes para sus 10 hijos. No a cualquiera se le sigue recordando como se te recuerda a ti. Porque aunque te fuiste pronto, dejaste huella en este Vigo tan tuyo que hoy sigue siendo nuestro.

Me habría encantado abrazarte y llamarte abuelo.

Te encontré en una carpeta y me quedé contigo.
Y te parecerá increíble pero te echo de menos sin haberte conocido.

Texto de Manu Orío. 

Texto de Manu Orío. 


MI AMIGO JUAN

Tengo yo a un amigo al que conocí en circunstancias extraordianarias que ahora no vienen al caso. Baste decir que con el poco, poquísimo contacto que he tenido con este ser, parece increíble que le llame así. Pero si un amigo es esa persona que sabes que está ahí, con la que puedes contar para que te de su opinión sobre lo que te pasa en la vida y se interesa por tu bienestar, Juan es un Gran amigo.

Lo que es casi más increíble es que él me considere su amiga tras los 2 años de rigor. Tiempo de duración de la amistad que establece este tipo. Después suele "partir peras" como dice él, ya que la gente deja de aportarle. Pero a mí me renovó por dos temporadas más y no sé si saldré reelegida este año.

Juan Liverpool es conocido principalmente por lo que su nombre indica. Por ser muy fan de este equipo y de esta ciudad del norte de Inglaterra. Y cuando digo muy fan es MUY fan. No son pocas las anécdotas que tiene con este equipo y que narra(ba) en este blog. A mí la que más me gusta es cuando se coló en el autobús del equipo y viajó al estadio con los jugadores. Como uno más.

El Liverpool es por lo único que Juan pierde los papeles, el raciocinio y rompe sus teorías sobre la vida, que son muchas y, desgraciadamente, en su mayoría acertadas. Y digo bien, desgraciadamente, porque si algo no es este hombre, es optimista. Dicen que la gente inteligente se rodea de personas optimistas. Este no es el caso. Por lo tanto no debo ser muy lista. El listo es este tipo de gafas y aspecto inofensivo pero que me rompe los esquemas cada vez que hablo con él. Esto suele ser de repente, casi sin venir al caso, un mensaje: "Qué Piraña, seguimos igual no?" "Ya lo sabía yo, si Fernando Alonso va así de mal, tú y yo, igual"

Y es que una de las teorías más rocambolescas de Juan, es que su vida y la mía tienen muchos paralelismos y a su vez nuestros destinos están ligados al buen o mal hacer del piloto español. Se podrán imaginar las alegrías que me llevo últimamente.

Por este tipo de cuestiones la amistad con Juan me inquieta aunque a la vez me aporta mucho. Siempre puedo esperar la verdad y nada más que la verdad de él. Y siempre me va a dar ánimos a su manera. Todavía no tengo muy claro por qué porque le caí en gracia. Un buen día hablando de trabajo/no-trabajo me dijo "Claro Piraña, por lo que cuentas tú eres como yo. Has descubierto que lo de trabajar es un fraude así que aspiramos a hacer nada en la vida. Una vez que te das cuenta de esto, ya no vuelves a ver nada igual. Tú te has dado cuenta bastante joven...pero es así. Lo mejor en la vida es no hacer nada."

En un principio yo me rebelé y dije que no, que yo aspiraba hacer cosas! Pero luego tristemente caí en la cuenta de que era tenía bastante razón. Aunque yo añado algo a esta sentencia: A mí me gustaría no hacer nada más que las cosas que me gustan y en el momento que me apetece. Claro, no te fastidia! Pero es que esta conclusión no es tan banal. Hay mucha gente que dice que no podría vivir sin trabajar "Unas horas por lo menos". No es mi caso. Hay suficientes, qué digo suficientes, demasiadas cosas en el mundo que me interesan y no tienen nada que ver con ningún trabajo. Al menos ninguno que alguien vaya a remunerarme. Podría pasarme la vida tan solo viendo todo lo que hay en internet, por ejemplo. Veo una foto de la NASA y flipo. Viajo a Tailandia en Google maps y flipo. Oigo una conferencia de TED y flipo. Veo algún tutorial de alguien con acento sudamericano que me está enseñando por amor al arte y flipo muchísimo. Ahí está. Todo esperándome. Pero yo tengo que pasar las 8 horas de rigor para verlo.

Darte cuenta que el trabajo es eso y punto y que lo de aprender y estar satisfecho es algo bastante poco común, es un trago bastante amargo al que una persona debería llegar cuando en su vida las satisfacciones le vienen por otros lados: la familia, los amigos, ayudar a los demás, el deporte o tener un hobby. Pero haber llegado a esta conclusión a estas alturas, cuando mi vida laboral no llega ni a los dos años, es un temita. Esto último, lo de que el asunto grave, me lo comentó otro buen amigo y en su momento jefe, al que conocí en circunstancias semejantes al homenajeado. Últimamente me acuerdo bastante de él porque su nombre describe a la perfección la situación actual del país: Estoesunajena. 

Pero volvamos a Juan, que me dice que Liverpool le recuerda a Vigo y yo voy en mi año británico y lo compruebo. Efectivamente, se parecen. Luego resulta que Iago Aspas se va de mi equipo al suyo pero el fútbol deja de tener importancia. Porque aunque empecemos hablando del de Moaña, como siempre, acabamos lucubrando sobre el siguiente nivel de nuestras vidas que parece estar bloqueado. Juan me recuerda el discurso de Steve Jobs, que hay que volver a ver de vez en cuando. Porque todo está conectado. 

Juan dice que cree mucho en estas cosas. Que si encestaba de pequeño significaba que iba a aprobar o que triunfaría esa noche pero de lo contrario suspendía y no ligaba. Por suerte, Juan tiene una mujer al lado que le aguanta y lo conecta a la tierra porque él vive su vida sin pegarse demasiado a nada, ni a nadie. Sobre todo sin pegarse a los objetos con los que tiene una guerra personal. Como yo. Otro paralelismo.

Juan vive en Inglaterra y hace poco le preguntaron si no estaba "estarving" (muerto de hambre) y no lo entendió. Deduzco que a Juan no le va muy bien con el inglés. Pero da igual. Es un superviviente. Así que ahora resulta que da clases de español. Allá donde vaya, con él mismo le sobra. Y aunque yo no le vea, sé que está ahí. Para decirme de vez en cuando "Qué Piraña, igual no?"

A Juan y a mí siempre nos quedará Mad men para disfrutar y Seinfeld para reír. Porque es de lo que se trata esto después de todo. Además es una serie que trata sobre nada. Muy apropiada para el caso que nos ocupa.

Juan es un buen amigo. Raro. Pero bueno.

Seguro que cuando Fernando Alonso vuelva a ganar, nosotros también.

EL DÍA QUE NACISTE

El día que naciste era febrero y llovía. Llovía en general. Todo el rato.

Tu abuela me despertó con un "Martina is coming"
Qué emoción! Te íbamos a ver la cara por fin!
Claro que no sería hasta 15 horas después...

Escribí a tu padre y le dije que tratase de recordarlo todo porque iba a tener que contarte cómo fue ese día en el futuro. No sé qué versión te dará él pero esta es la mía.

Ser el primer bebé de la familia García que llega al mundo cuando existe un peligroso chat de grupo tiene como consecuencia que tu parto fuese retransmitido al minuto. Tu tío Manuel y yo nos dividíamos para mandar la información porque la gente preguntaba todo el rato por ti. Generaste mucha expectación pero como te lo tomaste con mucha calma (creo que en eso saliste a tu padre), de los "Vengaaa!!" "Ánimo!!" pasamos a los "Pero aún nada?" "Que salga ya, que el público se va!!".

Supimos que 6 centímetros eran pocos y a los 8 nos dolió un poco a todos. A estas alturas ya habrás caído en la cuenta de que tus tías abuelas están bastante mal de la cabeza y es probable que te tengan un poco frita con los "Y yo quién soy?" "Y yo cómo me llamo? Que no te acuerdas??" pero si sales la mitad de lista de lo que vaticina tu padre, seguro que las tienes a todas en el bote. Ese chat echó humo todo el día y las que son madres recordaron sus propios partos mientras la tuya esperaba que salieses.

El día que naciste tu padre pasó del  "Qué nervios!!"  al "Dicen que aún puede tardar 5 horas...PERO ESTO QUÉ ES???"
Tu abuela no paraba quieta. No sólo se le veía nerviosa sino que me lo decía con esa voz aguda que pone a veces "
"Ay qué nervios tengo Carmen, qué nerviooooos"

Te parecerá un poco exagerado todo pero qué quieres que te diga, éramos primerizos.

El más tranquilo tu abuelo. Emocionado pero tranquilo. En su línea.
Llama a mi puerta y la conversación fue tal que así:

- Tú eres una inconsciente...
- Por?
- De verdad que eres una inconsciente...
- Pero qué pasa?
- Tú no te das cuenta que de aquí a unas horas, vas a pasar a ser un cero a la izquierda? Una auténtica merda!!
- Jobá Papáaa....
- Qué quieres??...es la realidad!! Martina te quita el puesto y tú pasas a la nada!

Cuando, más tarde, tu abuela me reconoció que no tenía comida para mí para el día siguiente se limitó a recalcar "Ves?? Aún no nació y ya empieza. Piraña, estás acabada!"Así se las gasta tu abuelo. Pero lo cierto es que hace tiempo que tenía asumido el traspaso de poderes. El título de niña de la casa sería tuyo y te lo cedo encantada. 27 años son más que suficientes.

Naciste en el Xeral, donde tu abuela trabajó tantos años y donde el guarda de seguridad aún se acordaba de ella. "Una palangana para la baba te traigo!? Muchas Felicidades!"
Efectivamente era una abuela babosa y bastante lercha porque se metía en las zonas del hospital donde no podía estar pero bueno, ya la conocerás.
Tocó seguir esperando. Y es que el día fue largo aunque luego se nos olvidó a todos pero si te apetece puedes ir a darle un beso a tu madre porque fue una campeona.

Me quedé sola un rato y vi a embarazadas y padres salir de la zona protegida con cara de cansancio. Pensé en el tuyo mientras observaba a mi madre que no paraba. Pensé que al fin y al cabo eras otro niño más que llegaba al mundo y que a lo mejor no era para tanto. Hasta que te vi, claro.

Cuando la señora que calceta salió de esa zona donde no podía estar y dijo "Ya nació", todo cambió. Y el chat se colapsó.

A mi hermano le di un abrazo. Menuda cara de padre que se le había puesto de repente.
Santi tiene una hija! La leche!
"Flipas" me decía, "No, en serio, Pira, flipas cuando la ves por primera vez"
Toda la responsabilidad. Así, de golpe y con cara seria. Era Santi pero era padre.
Después de un rato dijo "Y hay que llevársela a casa!!"  Se rió y volvió a ser mi hermano.

Cuando por fin pude verte, me tapé la boca con sorpresa. Qué pequeña!! (y en realidad es mentira porque saliste grande y bien feitiña) pero para mí eras diminuta. Tenías la piel como de melocotón, unos buenos papos, un buen buzón y llorabas con ganas. Empezaron los debates sobre de qué familia eras. "Yo creo que se parece a mí" "Bueno, acaba de nacer, se parece a un gremlin"

Me tocó llamar al señor de gafas oscuras.
- Felicidades abuelo!
- Enhorabuena tía!

Increíble. Nos felicitábamos por ti! No tenías que hacer nada para que te quisiéramos. Sólo ser.

Todos tus tíos se fueron a dormir ese día más contentos porque como bien dijo Paula, "A esta niña la parimos un poco entre todos" Fue un 26 de febrero que ya nunca se me va a olvidar. Un buen día.

Salí del hospital y seguía lloviendo. Me habría gustado decirte algo tipo "Y dejo de llover un rato por ti" pero sería mentir y eso está feo. El mundo no se paralizó cuando llegaste y la vida siguió igual como dice la canción. Pero cambiaste las nuestras y te sumaste a ese grupo de personas por las que vivir y luchar...

Así que siguió lloviendo y seguimos en crisis...pero ya estabas aquí. 

El día que naciste yo vivía en Vigo y la verdad es que no tenía nada claro. Espero que para cuando leas esto, las cosas hayan cambiado y de tu inexperta tía de 27 haya evolucionado a tu madrina guay, esa que a sus trentaimuchos está estupendísima, te hace unos regalazos tremendos porque su sueldo se lo permite y te lo pasas pipa con ella. Bueno, esto último te lo puedo garantizar desde ahora.

Bienvenida a la familia Martina! Somos muchos, hablamos alto y atropelladamente pero nos lo pasamos bastante bien...sobre todo si heredaste lo que tu abuelo llama "gen Pirulí" aunque espero, por la salud de tu padre, que no sea así. Veremos en 15 años...

Como ves de gremlin nada, eras una cosa muy rica.

CUANDO SEAS MADRE O PADRE

Al próximo Ministro de Economía debería exigírsele haber sido madre. No es discriminación positiva sino que en lo que a aprovechamiento de recursos se refiere, creo que nadie controla más que ellas. Transformar un cocido en un budín, un arroz, sopa, bechamel y ropa vieja, por ejemplo o que para cenar siempre haya opción de Cola Cao, tortilla francesa, huevo a los 5 minutos o el omnipresente "restos", eso no te lo enseñan en la Universidad.

Cuando te conviertes en madre se te confieren una serie de superpoderes. Como el de encontrar las cosas. Enhorabuena! pero he de confesarles que los triunfos en este aspecto son poco reconocidos... A cambio de esto devendrá usted en un ser un tanto repetitivo. No se lo tomen a mal...hasta ustedes mismas se delatan con el "Pero cuántas veces tengo que decir las cosas?" La repetición como base de la educación es su modus operandi y así todos tenemos en la mente la frase "Eso siempre lo dice mi madre"
Os queremos pero os repetís. Mucho.
Pero cuando seas madre también tendrás la facultad de tener la razón. Si con 15 años una madre dice que no le gusta nada tu amigo que "Ese niño no va a acabar bien", con 25 le cuentas que sales con él y te repite que "Ese niño no va a acabar bien" y cuando a los 30, efectivamente, es un pobre diablo, te recalcará, varias veces, que "Siempre dije que no iba a acabar bien"

Cuando seas madre te ocuparás de comprar la ropa interior y los calcetines e intentarás colarlos como regalo de Reyes. Sabrás trucos como que la miga de pan sirve para borrar cuando no tienes goma o que una cebolla con clavos hace que los niños no tosan por la noche.

Cuando seas madre la paciencia se te estira en una proporción directamente proporcional a la capacidad para no escuchar nada de lo que ocurre alrededor. Distinguirás un "Mamá" de otro. El de ven-ya-que-me-tienes-que-limpiar, el de me-están-pegando-otra-vez, o el de creo-que-muero. Sólo en el último reaccionarás con un "Estaos quieeeetos" pero ese nivel de "Master madre" son años de experiencia.

Cuando seas madre los mensajes no se mandan, se "ponen", te querrás hacer la guay diciendo "furgalla" en vez de furgoneta, te engancharás a todos los juegos absurdos de Facebook y no pararás de enviar solicitudes, dirás "Llevas el DNI?" cada vez que tus hijos viajen y soltarás un "No te voy a vivir toda la vida" cuando tengas ocasión (Bueno, esto es cuando seas MI madre)

Cuando seas padre comerás dos huevos, claro. Los mismos que se te pondrán de corbata cuando a las 5 de la mañana la niña aún no esté en casa. Si fumas, encenderás un cigarro y pensarás que tú también fuiste joven y que seguramente se lo esté pasando bien por ahí con sus amigas. O se lo esté pasando bien en un portal con un amigo...o en alguna cuneta... y ten cuidado no te quemes que se te cae la ceniza encima del pijama. Y no, el 091 no será una opción.

Cuando seas padre pondrás el cerrojo. Es así. De repente un día empiezas a ponerlo. Por seguridad, primero, para fastidiar a tus hijos cuando llegan a las tantas, después.
Cuando seas padre abrirás la puerta algún día y dirás "Qué coño de horas son estas?". (Bueno, esto es cuando seas MI padre)

Cuando seas padre o madre querrás saber qué narices le pasa a tu hijo cuando entra por casa y no lo hace con una sonrisa. Pues habrá tenido un mal día o estará cansado...no es más que eso. No hay por qué preocuparse. Pero lo harás. Y no hay por qué preguntarle. Pero lo harás.

Cuando seas padre o madre reñirás. Si no quieres hacerlo, siempre tendrás la opción de pasarle la bola a tu pareja pero, si algo he aprendido, es que los padres que marcan, son los padres que riñen. Al final, después de mucho tiempo te acabarán entendiendo. A lo mejor no lo hacen hasta que tus propios hijos tengan a sus propios hijos pero entonces, incluso aunque ellos decidan hacerlo de otra forma...te entenderán.

Cuando seas padre o madre decidirás cuál va a ser tu estrategia para imponerte: Gritar, asustar, dialogar o una mezcla de todas. Porque cuando seas padre o madre, vas a serlo los días que te apetezca...y los que no te apetezca también. Te vas a dar cuenta de que esos seres que engendraste tienen un poder sobre ti que esperas nunca descubran porque resulta que te convierten en la persona más vulnerable sobre la faz de la tierra. Pero no lo tienen que saber hasta dentro de mucho.

Reñirás y a continuación te darás la vuelta para reírte por semejante ocurrencia. Como cuando en el colegio ibas a hablar con algún profesor de tu infancia y de pronto te pide perdón para echar la tremenda bronca a la clase dejando a los niños como velas. Luego te volvía a mirar con cara de "Pobres diablos" Y tú pensabas "Era así?? Con el miedo que dabas!!"

Y es que cuando seas padre o madre vas a ser muy imponente. Hasta que un día no lo serás tanto. Pero aunque dejes de imponer, si lo haces medianamente bien, nunca dejarás de importar.

Así que aprovecha y utiliza esos superpoderes que te dan el día que te conviertes en padre o madre. Aprovecha mientras que son pequeños e inocentes. Mientras son adolescentes e insoportables. Mientras son jóvenes e imprudentes. Mientras que aún no se han convertido en adultos sin que casi te hayas dado cuenta. Mientras que aún no ha llegado el día en que ellos te digan "Mamá, papá...voy a ser padre"

Pero lo cierto es que ni si quiera ese día dejarán de ser tus hijos.

Se lo dedico a Santi que aunque haya tenido 9 meses para hacerme a la idea, aún no me puedo creer que vaya a ingresar en este club.

P.D. Martina, filliña, sal ya y deja de hacerte la (re)molona.
        Fdo: tu tía que está deseando conocerte.
 

ENERO

Enero no empieza el 1. Ese día es un limbo.

En García Barbón comida tradicional casi los mismos del día anterior pero con viajes y despedidas bastante tristes. Algún año en el que fue mejor no preguntar "Dónde está fulanito?" porque la respuesta habría sido que "Ni está, ni se le espera" con el consiguiente pseudodrama que se atenúa porque "Vamos a empezar el año bien, hombre! que son jóvenes". Olimpiadas, karaoke, busca un hueco para echar la siesta y con suerte encontrarás una cama pero ¡ojo! porque donde antes había cuerpos destrozados por las miserias de esa noche que tantas veces es mejor no recordar, ahora se acumulan los carritos de bebés aparcados en batería. Nos multiplicamos y hay que ir con cuidado por el pasillo no vayas a pisar a alguno de esos pequeños seres a los que, parece que no aprendemos, NO hay que regalar juguetes que hacen ruido. Menos mal que hay cosas que no cambian y el consomé nunca falta. En fila india, sin colarse y como no te apures te va a tocar rebañar la olla.

Un reto lanzado al aire un 31 de diciembre de hace ya 5 años fue respaldado a coro por el furor de las copas y ha conseguido que el día 1 sea el más divertido de las Navidades "Mañana quedamos en el Estrella Galicia a las 7, quien falte que se atenga a las consecuencias". Y es que si no estás, te llamamos. Al fijo si hace falta. Y tu madre te preguntará a dónde vas triste de ti? Pero es que TIENES que ir aunque te estés muriendo. Rezagados, malas caras y malos pronósticos a las 21:00h. Cumplir el objetivo de superar el número de cañas del año anterior parece imposible. Cada año igual, se nos pone muy cuesta arriba y los hay que lo dan por perdido. Pero no me pregunten cómo, siempre acabamos consiguiéndolo. Es más, en esta edición se impuso una mente lúcida y cortó el grifo (y nunca mejor dicho) porque "Es que no veis que si pedimos una ronda más juega en nuestra contra?

Pero después de casi 180 cañas nadie ve ni entiende mucho. 

Vivan las nuevas tradiciones, negar la resaca y empezar el año bebiendo cervezas en buena compañía. Viva el Club del día 1! 

Entonces llegamos al otro gran evento de Enero. La cena del día de Reyes. Tradicionalmente: la cena del señor de gafas oscuras. Y digo bien, suya y de nadie más porque hace ya muchos, muchos años que la señora que calceta fue vetada de las compras por sus comentarios garciasenrísticos del estilo "Pero esto es una barbaridad! Estás loco?! que no, que no...pide menos!!" No se empeñe, señora, no se le puede pedir menos al jefe porque es un gran anfitrión y lo que más feliz le puede hacer es ver a la gente disfrutar. Él dirige y nosotros a sus órdenes. "Lleva esto" "Acerca aquello" "Más vino para tu tío". Y que si "el salmón para Álvaro porque hay que ver qué gusto da que siempre llega a la carne y me come fenomenal" (otro comentario de Garcíasenra que se repite cada 5 de enero), que si "Cómo que este año no hay naranja pelada??", que si "Carmen prepara las bandejas de golosinas" (cosa que Carmen hace encantada) que si "Yo voy a repetir"...Y otro año más cenopio con los de siempre y algunas incorporaciones que consiguen que los simpáticos de mis primos se comporten y se metan menos conmigo...o eso creía yo.

Y así, habiéndolo comido mucho y bebido más, casi agradecemos la vuelta a la rutina. Y entre conseguir una L y volver a la vida laboral se va un mes de enero que tiene forma de agenda a estrenar cargada de buenos propósitos pero que se quedan en papel mojado por esta lluvia que no ha parado de caer. 

Si no era esta excusa, sería otra porque aquí "llueve sobre mojado y cada cual por su lado" 

Pero oiga, que venga todo junto. Aquí resistiremos, evolucionaremos y hasta nos saldrán escamas porque al final uno siempre se adapta al medio y a las circunstancias. Eso sí, cuando el Sol se digne a volver, nos parecerá más intenso y brillante que nunca, así que yo voy a meter las gafas oscuras en el bolso...por lo que pueda pasar.