Definitivamente llegó el momento de abandonar el nido.
El 112 ya no volverá a ser tu casa. Por mucho que el jefe diga que "siempre será vuestra casa", la realidad es muy distinta Manuelito.
Estás tan ilusionado con tu loft de última generación que no ves la importancia de este gran paso.
No es simbólico.
Es una verdad como un templo el hecho de que te vas de casa.
Te vas para no volver jamás excepto quizás para alguna que otra comida, cena, partido comprado por papá, usar internet hasta que lo instales, que mamá te mime un poco, pelearte con Santi y, cómo no, para que te planchen alguna que otra camisa...
Pero el asunto tiene más miga de la que tú te crees. La euforia inicial, el gusto de poder decir "no, yo vivo sólo", la libertad de horarios, el no aguantar los gruñidos del jefe y las caras de la mama, el no tener que fregar los platos, vendrá seguida de tediosas horas en soledad, largas noches en el sofá rodeado de comida basura y despertando con el consecuente dolor de cuello. Una vida gris y solitaria en la que un día te sorprenderás a ti mismo echando de menos la comida de casa, los comentarios, las risas. En tu casa todo es silencio e intentarás aplacarlo encendiendo la tele, tu nueva mejor amiga. Pero qué es la tele si no tienes una hermana con quien comentarla? te lo diré, es un electrodoméstico Manuel. Tu compañera de piso, será un electrodoméstico. Y volverás por casa, comentando lo feliz que eres sin nosotros y las innumerables ventajas del piso de soltero...
...mentiras! Nos echarás de menos. Sí querido, pedirás por favor que te llamen a las 4 para que papá te diga "menos tocarse las pelotas y más trabajar cojones!!" Auque ahora no lo creas posible Manuel, ocurrirá.
Pero no importa. Disfruta de este momento. Despliega tus alas y echa a volar.
Y si algún día precisas regresar, hazlo Manuel! No te reprimas. Pero debes saber que el 112 perdona, pero no olvida.
Ahora hermano mío, sólo me resta desearte la mayor de las suertes. Pedirte por favor que no dejes tu mierda en mi cuarto a modo de trastero comos siempre haces y recordarte que los altavoces del ordenador son propiedad del 112, para uso y disfrute de los habitantes de esa casa. Cosa que dentro de un mes tú dejarás de ser.
Ah! y no te preocupes por mi, veré la tele con Santi después de comer...y nos reiremos mucho muchísimo.