CABREOS INSTANTÁNEOS

Los cabreos instantáneos son, como su propio nombre indica, esos en los que pasas de 0 a 100 en cuestión de microsegundos.

Surgen por algo inesperado que irrumpe en la rutina. Por una ruptura de esquemas y generalmente el foco del problema suele ser un objeto.

Si tengo todo estudiado y lo primero que hago al dirigirme a la cocina es abrir la nevera y sacar el paquete de pan de molde y la mantequilla salada e introducir dos rebanadas en la tostadora para acto seguido abrir el agua caliente coger la taza (en la que se puede leer coffee), la cuchara y el cuchillo, llenarla de agua, coger una bolsa de té y abrir el azúcar, cargar la cuchara e introducir ambos elementos en la taza y, seguidamente, alargar el brazo derecho y parar la tostadora mientras que con el izquierdo voy removiendo, coger un plato, untar el pan y llevar el plato con unas tostadas magníficas y la taza de té humeante con el mismo brazo para poder abrir la puerta con el otro e irme a mi cuarto, TODO se va al garete si la puñetera tostadora está desenchufada.

Cabreo instantáneo. Si alguien pudiese ver mi "alma" comprobaría que está en ebullición.

Y qué haces cuando compruebas que no estaba desenchufada por casualidad, sino que alguien introdujo ALGO NO APROPIADO para la tostadora y ahora echa humo? Cuando tus tostadas huelen a bacon??

Vamos a ver. Una cosa quiero dejar bien clara. Yo me callo. No digo ni mu. Me callo sobre el ruido, los platos sucios, la cocina sucia, las pintas sucias de mis compañeros de pasillo. Y por qué...pues por que me da exactamente igual lo que hagan mientras no me toquen la moral. Incluso me callo que cojan mis cosas y las acabe fregando yo. Suspiro y sigo. Pero esto no se hace. Es la segunda tostadora que compro y me la han pervertido. (Bueno mujer, es sólo una tostadora) No. Es mucho más que eso. Hay ciertas cosas que al resto de los mortales le parecen insignificantes, detalles sin importancia, meros objetos, pero que para uno mismo suponen pilares en el día a día.

Uno de mis pilares es mi ritual del té con tostadas.

Esta reflexión ha sido resultado de un cabreo instantáneo.

Otro ejemplo: las gomas del pelo.

Cuando una amiga tuya, o una conocida, te pide que le dejes la goma del pelo, empieza a desconfiar de esta persona. Si fuese una verdadera "sister" o si lo preferís, una verdadera "sista", NUNCA te pondría en esa situación. Porque es LA goma del pelo. Esa que permanece en tu muñeca hasta que alguna de estas arpías te la pide y nunca jamás vuelves a saber de ella. Y era TU goma. Y te vas a hacer la coleta pero AH! MIERDA se la dejé a esa (porque en tu mente pasa a ser "esa")

Cabreo instantáneo.

DESCONFÍEN SEÑORAS!! No llega con un "es que es la única que tengo" No os fiéis de esas caras de comprensión, de esos "te juro que te la devuelvo que sé que es muy importante". NO. Aprendan a decir NO. Una vez me ocurrió la situación inversa. Una amiga pidió una goma y yo le ofrecí la mía. LA goma. Ella con cara de horror respondió "No, no...que es la única que tienes" Bien señores, esta amiga pasó a ser AMIGA después de esto. Sí, era una prueba. La prueba de la goma. Y la pasó con éxito.

Se han dado caso de devoluciones de goma. Están registrados 2 casos en Indiana y uno en Polonia. Pero, si me permiten un pequeño consejo, si algún día se ven en la terrible, terrible situación de no tener una goma al alcance, por favor no pregunten "alguien tiene una goma?" sino "alguien tiene una goma EXTRA?"

Evitemos cabreos instantáneos innecesarios.

HOY FUI AL BANCO

Y sí. Resulta que la señora que calceta (consciente de mi buena suerte) me manda a la conquista del Imperio británico no con una, ni dos, sino tres tarjetas de débito. Todo para evitar el temido (y ya experimentado en varias ocasiones) "tengo dinero virtual pero no material".

Y entonces? Pues que no importa cuánto te cures en salud, tratándose de mi persona, algo va a pasar.

ANTECEDENTES:

No me quiero extender hablando del hecho de que tenía que pagar el primer trimestre de la residencia y que no me funcionó ninguna de las 2 tarjetas que tengo para ello (una mía con la pasta y otra de mi madre con SU dinero y SOLO para EMERGENCIAS), que la 3ª en discordia estaba pelada y que una transferencia a la desesperada llegó 4 días después (cuando todo había pasado), que mi estómago empezó a atacarme porque me decían (cajeros y cajistas) que no tenía fondos, que yo SÍ que tenía fondos en internet pero NO en los cajeros, que mis uñas fueron cayendo una a una, que la angustia me corroía, que al final después de hacer mil y una operaciones sí que pude ir sacando libras pero "Oh! espera", tenía un límite diario, que el último día para pagar se acercaba peligrosamente, que al final conseguí reunir casi todo el dinero pero que tuve que pedir una parte, que ODIO tener problemas de dinero (sobre todo cuando lo TENGO y NO PUEDO pagar), que todo era una mierda, que me quedé sin ir a Londres por tener que pagar y que al final lo hice en el último minuto (literalmente, llegué a menos 5 a la oficina y cerraban a las 4) y que creía que todos mis problemas se habían solucionado pero...CHAN CHAAAANNN...a mi madre (en la cuenta de EMERGENCIAS) le habían cargado unas retiradas de efectivo que el cajero no es que me rechazase, es que casi me escupe.

Vaya, parece que sí que me extendí.

RESUMIENDO: creía que había robado a la señora que juega al spider de forma enfermiza la nómina sin yo haber visto un chavo. El banco me había vacilado...bueno, a mi madre más.

Y entonces? pues el "Garcíasenrismo" (para los ajenos a mi familia, lo definiríamos como un ser, un estar, un transformarse en una pantera chula, reivindicativa y lercha común en todas mis tías García Senra) se apoderó de la señora que calceta. Y entonces, fuimos al banco.

EL DÍA DE HOY:

La pantera Garciasenrista empezó a atacar YA a la chica que nos daba las indicaciones de a dónde teníamos que dirigir nuestra reclamación. "Por favor, madre, déjeme hablar a mi" (en realidad le llamo mamá y le tuteo, pero estaremos todos de acuerdo en que así mola mucho más)

Por fin, después de sortear a otro señor, mordido por la pantera también, por supuesto, y de esperar un poco, un chico, amablemente nos pide que tomemos asiento.

Y le explico lo ocurrido, interrumpida en más de una ocasión por la pantera indignada a la que habían dejado sin nómina (se puede entender el cabreo no?), mientras el chico amable de Caixanova, (en adelante CAC) empezaba a meter números en la computadora. Algún "quiero el reintegro de mi dinero HOY" y "si no, voy al juzgado" más tarde, CAC seguía imprimiendo y revisando, revisando y CHAS! Descubrió en problema. No le habían robado la nómina a mi madre. Todo era mucho más absurdo y retorcidamente simple de lo que parecía. Muy poca gente lo habría averiguado. Pero CAC era uno de ellos.

Tampoco os voy a aburrir con que los "esto no es culpa de nadie" que la señora que calceta me decía mientras yo agonizaba en Inglaterra eran mentira, porque resultó que la culpa fue de un alguien. Un alguien concreto cuyo nombre pronuncié varias veces en vano. Ese alguien cometió en primero de los muchos errores en cadena que contribuyeron a mi futura úlcera de estómago y reinjertos digitales. Pero lo descubrió CAC, porque CAC es un chico listo (en adelante CALC). Y así se lo dijo la ex-pantera garciasenrista convertida de nuevo en la señora que calceta en su versión más riquiña. Y yo también. Se lo agradeceré eternamente.

CALC demostró su paciencia y buenas formas pero sobre todo su COMPETENCIA. Y veo justo resaltar este dato, porque es tan RARO pero taaaaaaan RARO encontrar alguien competente en trabajos de cara al público, alguien que se pone en tu lugar y que fríamente analiza la situación y realiza bien su trabajo entendiendo que tú puedas estar en llamas, que sólo puedo decirle: BRAVO, CALC, BRA-VO.

Y aún digo más, tuvo el buen humor de hacerle una coña a mi madre cuando nos íbamos diciéndole que finalmente se le reintegrará su dinero sin necesidad de reclamación. Olé.

Hoy fui al banco y un Chico Amable y Listo de Caixanova me solucionó un problema.

Si los bancos tuviesen más CALCs, otro gallo cantaría.

 

ME COLAS Y TE COLO?

Estaba yo esperando para entrar a ver a los impresionistas (ellos impresionantes, el verlos con mil cabecitas delante, no tanto) cuando empiezo a pensar cuánto odio generan en mí las colas.

Semejante pérdida de tiempo...

Realmente en ésta no tenía ningún derecho a enfadarme pues me traen unos cuadros que no tendría oportunidad de ver normalmente y aún por encima "bai de feis" (podía tomar nota la baronesa) La cuestión es que al final no fue para tanto. Entre la radio y el periódico llego delante de esas bandas granates aterciopeladas arregladas con celo (glamour, lo que se dice glamour...poco) me río de la cara del segurata cuando la señora de delante le increpa por cerrarle la banda en sus narices y al poco rato entramos. Vale.

Pero esto no ocurre en otras colas. Véase, en Carrefour express. Ya lo de "express" parece una provocación pero no contentos con esto ponen un cartel bien grande que reza "cajas rápidas sólo cestas" Que tú dices, vale, estaría mejor poner un número limitado de artículos, pero bueno, me conformo, es una medida inteligente separar las cestas de los carros. Carros en los que los chinos hacen la compra para sus tiendas comprando LA MARCA BLANCA DEL SUPERMERCADO!! Pido por favor que se le comunique a la comunidad asiática que sé que trabajan como su propio nombre indica, de veras valoro la cantidad de veces que me han salvado de morir de antojo de chocolate o han evitado que la falta de bebida fuese una excusa para no salir pero que por favor, ya que les voy a comprar unos espaguetis a precio de angulas, exijo que sean, como mínimo, Gallo. Pero como iba diciendo, las cajas de cestas serían eficaces si no fuera porque en las susodichas cabe la compra de un mes y hay gente en esta cola con 2.

Las supuestas cajas veloces son 6 estructuras de metro y medio de largo dispuestas en horizontal en vez de en vertical. Son mini-cajas sin cinta de correr, en las que llegado el momento estás solamente tú, tu compra y la cajera. Bueno y un mínimo de 20 personas mirándote con cara de odio por tu incompetencia a la hora de meter la compra en las bolsas. Yo bajo preparada, con el ipod con la batería cargada y mentalizada de que voy a salir de mucho peor humor del que entré.

Una vez hecha mi compra de joven-que-no-come-bien cuya base es: leche, pasta, Colacao, pavo, queso, chorizo de Pamplona, pan de molde y atún. Con variaciones de cara al fin de semana como pizza congelada y botella de Beefeater, me dirijo a la cola como cerdo al matadero. Y empiezo a odiar.

Odio a la cajera del pelo corto rojo fucsia, cejas pintadas y pachorra monumental mientras cuenta moneditas de cobre. Odio a la señora que tengo delante que me dice si le guardo el sitio que se olvidó el arroz ante lo que tengo que sonreír y asentir. Odio a la profesional con bolsa de tela que me recuerda que tendré que comprar bolsas biodegradablesdemierda que se rajan con mirarlas a 0,10 cada una. Blasfemo mentalmente. Odio al chico joven que no encuentra el dinero, al niño pesado que pide caramelos, a la madre que pasa de él, a la otra cajera que pone el cartel de "caja cerrada" cuando es evidente que hay mucha gente esperando a que realice su trabajo. Blasfemo en alto. Mirada de complicidad con la joven de al lado con compra semejante a la mía. Odio a la vieja que se intenta colar disimuladamente. Aplaudo a la señora que le dice que "La cola es esta" Odio haberme olvidado del chocolate porque después de haber odiado tanto ya no puedo ir a por él. Odio al chico que está en la cola de al lado y que, llegando mucho después que yo, ya está pagando. Odio a la pareja de delante a la que parece que les llega con su amor y no les importa nada esperar. Odio estar a punto de llegar y descubrir que las cestas de delante están a rebosar. Odio que lo comprado supere al efectivo y tenga que pagar con tarjeta, sacar mi DNI y decir que no tengo tarjeta carrefour cuando sí la tengo. Odio que las bolsas biodegradablesdemierda no se abran, que haya pasado toda mi compra por el pitidito y la de detrás ya esté con la suya esperando. Odio que la cajera mire al infinito en vez de ayudarme, que cuando por fin tengo todo amarrado tenga que firmar con la izquierda, y decir "es que soy diestra" para no parecer imbécil...pero lo cierto es que no me puedo sentir más imbécil porque he pagado por todo esta experiencia.

Odio las colas. La del paro, la de antes de un examen, la del control del aeropuerto, la de embarque, la cola blanca que se te pega en los dedos...Lo único que las hace más llevaderas es un chino dispuesto a venderme una cerveza marca Lidl a 1€ y dedicarme a hacer amigosdecola que en un momento dado te dejan entrar en el local con ellos, o te dan trabajo, o son el amor de tu vida....

"que dónde conocí a tu padre?...pues estaba quejándome en una cola cuando me dijo..."